Escritores
José Lezama Lima
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Biografía de José Lezama Lima
José Lezama Lima (19 de diciembre de 1910 – 9 de agosto de 1976) poeta, ensayista y novelista. Proveniente de Campamento de Columbia, La Habana, Cuba. Su padre José María Lezama era coronel, y su madre Rosa Lima Rosado se dedicaba al hogar. En el momento en que su padre se ofreció como voluntario en las tropas aliadas en la Primera Guerra Mundial la familia tuvo que instalarse en la Fortaleza de La Cabaña, y más tarde en Florida. Al terminar la guerra su padre desarrollo una fuerte gripa que le causó la muerte en el año 1919.
A partir de ese momento, José tuvo que forjar rápidamente un carácter y hacerse cargo de su familia. En ese momento también se dio cuenta que su vocación era ser escritor. Decidió retornar a su país de origen, allí estudió en el colegio Mimó, y concluyó sus estudios primarios en 1921. Luego pasó al Instituto de La Habana, donde se graduó como bachiller en ciencias y letras en 1928. Para mermar gastos la familia tuvo que mudarse a la casa de su abuela, en Paseo del Prado, en este barrio Lezama residió por el resto de su vida.
Ese año comenzó a estudiar Derecho en la Universidad de La Habana, debido a que la educación en esta universidad era fácil de pagar. Fue un joven comprometido con la lucha social, estudiantil y política, por ello, participó activamente en las manifestaciones de los movimientos estudiantiles contra la dictadura de Gerardo Machado, que provocó la clausura de la casa de estudios. En 1935 publicó su primer trabajo, titulado el ensayo Tiempo negado, en la revista Grafos, en la que al año siguiente logró publicar su primer poema titulado Poesía, al mismo tiempo que retomó sus estudios universitarios.
Fue un escritor que apreció mucho su isla y, en ese sentido, nunca se marchó de ella. En toda su vida sólo abandonó la isla durante dos breves estancias en México y Jamaica. Entre sus labores divulgativas, fundó la revista Verbum y dirigió la tribuna literaria cubana más importante de aquel momento, Orígenes, de la que fue fundador, con ayuda de J. Rodríguez Feo, en 1944. El fin de la revista era exponer las tendencias literarias de sus fundadores y colaboradores. La tendencia estuvo caracterizada por el uso de un lirismo estetizante e intelectualismo, clasicismo inclinado hacia el neoculteranismo y ausencia de todo compromiso social.
Lo anterior hizo que su carácter fuera altamente elitista y gozó entre sus colaboradores de poetas como J. R. Jiménez, C. Vitier, E. Diego, V. Piñera y O. Smith, además del también poeta y sacerdote español Á. Gaztelú, que influyó enormemente no solo en su formación literaria sino en su formación espiritual. Lezama estuvo acostumbrado a frecuentar diferentes círculos literarios presentes en distintos períodos y revistas, aunque a pesar de esto, la persona de Lezama nunca gozó de gran resonancia pública, ni antes ni después de la Revolución, a causa de su singularidad y de una frágil salud que lo obligaba a estar fuera de la escena literaria por varios meses.
Fue descrito como un gran conocedor de L. de Góngora y de las corrientes culteranas y herméticas, también presentó una devoción por el idealismo platónico y fue un ferviente lector de los poetas clásicos. Lezama, a causa de su obesidad que no le permitía moverse con facilidad, vivió plenamente entregado a los libros, a la lectura y a la escritura. Por lo que respecta a su poesía, no mostró importantes alteraciones ni en la forma ni el fondo con la llegada de la Revolución y se mantuvo como una suerte de monumento que no pudo ser clasificado con certeza.
Para muchos especialistas, el conjunto de la obra lezamiana, como fue bautizada, representó dentro de la literatura hispanoamericana un rompimiento radical con el realismo y la psicología, y aportó una alquimia expresiva que no provenía de nadie. Por ejemplo, J. Cortázar sin duda advirtió la singularidad de su propuesta. Sus colecciones de poemas más destacados fueron: Muerte de Narciso (1937), Enemigo rumor (1941), Aventuras sigilosas (1945), La fijeza (1949) y Dador (1960).
A pesar de estas grandes entregas, la obra que consagró a Lezama dentro de las letras hispanoamericanas fue la novela Paradiso (1966), en Paradiso se refleja la tradición y la esencia de lo cubano en una cantidad de imágenes que protagonizan la obra: un mundo de sensaciones, de recuerdos y de lecturas familiares que determinan la cosmovisión del novelista. Esta obra ha sido considerada una novela de aprendizaje porque logró describir todos los niveles del proceso de desarrollo del protagonista, José Cemí, desde su infancia hasta la madurez, mostrando con ello el avance del contexto en donde se desarrolla la historia.
A través de su obra el poeta devino una figura ineludible y destacada para la juventud intelectual cubana, a la que atrajo también con su afamado don de la palabra, que animó a los jóvenes artistas para que se dedicaran a la creación literaria. Muchos poetas y narradores admiten la influencia significativa que la propuesta de Lezama ha tenido en su obra, se ha postulado la teoría sobre el neobarroco a partir del barroco lezamiano.
Su vida literaria se vio perjudicada por el agravamiento de su asma crónica y los problemas causados por la obesidad, esta situación lo llevo a pasar largos meses en el hospital, hasta que murió el 9 de agosto de 1976. Luego de su muerte se publicó una novela incompleta, Oppiano Licario (1977), en la que Lezama desarrolló la figura de un personaje de ese mismo nombre que ya había aparecido en Paradiso.
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