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José Asunción Silva

Biografía de José Asunción Silva
Créditos: AlejandrokH / CC BY-SA 4.0

Biografía de José Asunción Silva

José Asunción Silva (27 de noviembre de 1865 – 23 de mayo de 1896), poeta y prosista colombiano. Hijo de doña Vicenta Gómez y don Ricardo Silva, escritor de artículos costumbristas y comerciante. José Asunción Silva nació en la ciudad de Bogotá, y a diferencia de sus hermanas; fue enviado a estudiar al colegio de Ricardo Carrasquilla, y luego al colegio de don Luis María Cuervo.  Silva estudió en él hasta 1876, cuando cerró; pasó al Liceo de la Infancia, tutelado por su fundador, Tomas Escobar, sacerdote y educador. Desde infante José Asunción ayudó en la casa de comercio de su padre. A tan temprana edad, Silva ya era autor de un cuadernillo de versos, Intimidades, en este figuró su hermana Elvira y varias amigas, ligadas al joven por relaciones de amistad, y amor.

Tres años más tarde, a comienzos de los ochenta, el poeta logró cumplir su objetivo de viajar a Europa. Estando en París, Silva trenzó relaciones con la colonia venezolana, pues su familia materna era descendiente de la frontera entre Venezuela y Colombia. Hizo gran amistad con los hermanos Cuervo y con don Juan Evangelista Manrique, a quien conocía desde niño. En sus tiempos libres, y muy a menudo, se reunió con sus dos amigos de infancia en tertulias de las calles parisinas. Pero dichas cultas tertulias tuvieron que parar porque José empezó a planear el viaje de regreso a Colombia, por órdenes de su padre. Así que, arribó a Bogotá en marzo de 1886.

José Asunción Silva asistió a las tertulias literarias que don Ricardo, un gran exponente de la literatura costumbrista colombiana, organizó en la casona de la calle doce. De ese ambiente impregnado de literatura costumbrista estuvo empapado el espíritu del joven José Asunción, reflejo de ello, fueron sus tempranos poemas, como Primera comunión, escrito el 8 de diciembre de 1875.

“Todo joven gozador es el prospecto de un anciano melancólico”. José Asunción Silva

Silva conoció a un grupo de jóvenes poetas, allí se encontraba José María Rivas Groot, quienes estaban esperanzados de forjar un horizonte diferente para la poesía. Entonces, concibieron la idea de publicar una antología poética titulada: La Lira Nueva. La célebre antología, representó un hito en la historia literaria del país, que quizá pudo asegurar la entrada del modernismo a Colombia, esta obra salió a la luz en 1886. Contiene ocho composiciones de Silva: Estrofas, Voz de marcha, Estrellas fijas, El recluta, Resurrecciones, Obra humana, La calavera y A Diego Fallón.

Surgió otra gran antología en el mundo literario del país, la escribió Julio Añez. José Asunción Silva colaboró con una muestra más pequeña, pero no menos significativa: Las crisálidas y Las golondrinas. Estas participaciones constituyeron, su verdadero lanzamiento literario. Don Ricardo Silva, su padre, murió el 1 de junio de 1887. Así que tuvo que asumir la dirección de los negocios paternos, Silva procuró mantener el nivel social del hogar y del almacén.

Silva resultó ser un gran administrador, también muy hábil para los idiomas, el francés lo hablaba con cierto disimulo, pero lo escribía con claridad y elegancia. Sabía inglés: leía con desenvoltura obras un tanto incomprensibles y se expresó con cierta eficacia. Centró sus aficiones predilectas en atiborrarse de literatura francesa; y en otras lenguas. Su capacidad de entender y asimilar, su memoria, su amplia imaginación fantástica, eran claves para formarse como uno de los mejores escritores de Colombia.

Entre 1889 y 1891, Silva escribió Ronda, conocido como Nocturno II, también escribió, La protesta de la musa, en prosa. Mientras tanto, Silva luchó por salvar de la ruina los negocios de su padre. El 6 de enero de 1891 su hermana Elvira cayó enferma de neumonía, y falleció cinco días más tarde. Tal vez fue una de las muertes más dolorosas que tuvo que afrontar, ya que Elvira era su hermana más amada. Cubrió el cadáver de su adorada hermana con lirios y rosas. Por varios días, José Asunción SIlva no se levantó de la cama. La situación fue tan grave que la economía familiar se encontró en quiebra, su madre achacaba la ruina a la dedicación de Silva por los versos.

José era un hombre vanidoso; gustaba de vestirse bien, tal vez con un estilo exagerado para la época, adoraba las obras de arte, las joyas, las ediciones de lujo, los cigarrillos turcos y el té chino. Realmente fue austero en su vida afectiva, pero aparatoso con el lujo. Con su quiebra todos aquellos sueños de lujos y de grandezas quedaron irremediablemente cancelados, aunque sea durante los cinco años en los que luchó por sacar adelante el negocio familiar, arduamente lo consiguió.

Trabajó como periodista de tiempo completo en El Telegrama, redactando con Sanín Cano la columna llamada Casos y cosas. Para ese entonces, Silva ya gozaba de reconocimiento nacional. Fue amigo de importantes figuras como, Rafael Uribe Uribe, Carlos E. Restrepo e Ismael Enrique Arciniegas. Simpatizó con los liberales a pesar de su poca credibilidad en los partidos y en la política. Fue secretario de la legación colombiana en Caracas. Para el 20 de agosto, Silva se hallaba en Cartagena. Allí el recibimiento que se le brindó fue apoteósico; recibió hasta veinte visitas, la gente alabó su libro, Nocturno.  Fue recibido por Rafael Núñez y su mujer. Continuó el viaje y llegó a Caracas el 11 de septiembre. Como figura destacada de la intelectualidad latinoamericana, fue acogido con cariño y admiración.

En Caracas trabó una amistad con el escritor Pedro Emilio Coll. En la capital venezolana Silva se dedicó a observar la vida económica del país, suplir la inoperancia de sus colegas de trabajo y a escribir sus Cuentos negros y la novela bajo el nombre Amor. También dedicó tiempo a construir importantes relaciones literarias. Solicitó un mes de vacaciones, entonces, embarcó en el vapor Amérique, de la francesa Compañía General Trasatlántica, el 21 de enero. Lamentablemente, la nave encalló en un banco de arena cerca de las Bocas de Ceniza; los ocupantes salieron bien, pero se perdió el equipaje y en él la primera redacción de la novela De sobremesa, los esbozos de la novela “Amor” y gran parte de la obra poética. José Asunción Silva empezó a dar muestras de una grave depresión nerviosa.

Frase de José Asunción Silva

 

Organizó una cena en la que participaron algunos amigos, el 23 de mayo de 1896. Al terminar la velada, llega la noticia a oídos de Emilio Cuervo Márquez, un gran amigo, que José Asunción Silva sé disparó un tiro en el corazón, donde previamente se había hecho dibujar una cruz por el médico y amigo Juan Evangelista Manrique. La escena fue difundida y relatada así: el cuerpo del poeta estaba a medio vestir, estaba en la cama rodeado de almohadones y con un brazo recogido sobre el pecho, el otro extendido sobre las sábanas, la cabeza sobre el hombro izquierdo, los ojos dilatados y los labios entreabiertos, a su lado se encontró el libro El triunfo de la muerte, abierto en la página indicada.  Muchos en la actualidad aseguran que no fue un caso de suicidio; sino un homicidio planeado conducido por la envidia.

 

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