Artistas

Jan van Eyck

Biografía de Jan van Eyck

Jan van Eyck (1390- 9 de julio de 1441), pintor. Oriundo de Maaseyck, localidad ubicada en la actual Bélgica. Fue apodado Juan de Brujas. Durante su juventud recibió la influencia y el apoyo de su hermano Hubert van Eyck. Jan trabajó en la capital de la escultura, Tournai, en este importante lugar para el mundo del arte conoció a un pintor de enigmática personalidad, conocido como el Maestro de Flémalle, su nombre real era Robert Campin, fue fundador del Ars nova, una escuela de estilo pictórico proveniente del gótico tardío en el siglo XV, anterior al Renacimiento.

Las magníficas obras de este experimentado pintor, que también fue muy bueno para el arte miniaturista, se encuentran en varias ciudades de los Países Bajos. Los dos aprendieron, el uno del otro. Tal es el caso que en los últimos años de vida de Flémalle se registran algunos cambios propios de la pintura de Jan: apaciguando los contornos con una luminosidad mucho más suave y difusa, generando un ambiente de sensibles vibraciones.

Este artista admiraba la capacidad de Jan para trabajar pacientemente los colores al óleo, usaba la yema de los dedos, con el fin de realizar reflejos luminosos de los objetos y un aspecto cambiante en la luz. Por ello, por muchos años se le imputó la invención de la técnica pictórica del óleo, pero estudiosos del arte han asegurado, con el tiempo, que fue el responsable de elevarla a un nivel superior, desconocidos antes de él.

Entre 1442 y 1424, van Eyck se desempeñó como pintor en la corte del conde Juan de Baviera, ubicada en La Haya. Posteriormente, con la muerte del conde, se trasladó a Lille para iniciar como pintor de corte y diplomático del duque Felipe III, más conocido como Felipe el Bueno, heredero del ducado de Borgoña y otros territorios anexados. Jan van Eyck realizó una cantidad abismal de obras para los palacios e iglesias borgoñas, tales como cuadros, tapices, esculturas y retablos.

En su labor como diplomático realizó varios viajes a España y Portugal, en estos lugares construyó, a petición del duque, lazos de amistad con el Rey Juan I y su hija. Además, aprendió y recibió influencia de importantes artistas de España. Es necesario indicar que Felipe fue un duque que se caracterizó por su admiración por el arte y durante su ducado contrato a otros grandes pintores como Roger van der Weyden y Hans Memling. A diferencia de ellos, Jan van Eyck fue el único que trabajó en la corte hasta que murió.

En los últimos años sus servicios fueron realizados en Brujas, en el centro de Flandes, lugar donde el duque tenía el palacio más lujoso e imponente. Ahora bien, esta región se presentó como uno de los Estados más prósperos y poderosos de Europa, ofrecía una importante actividad que abarca los campos del comercio, el arte y la arquitectura, desenvolviéndose bajo el signo de la paz. Juan van Eyck gozó de gran popularidad, distinguidos personajes le hacían numerosos encargos.  En la corte admiraban mucho su trabajo por su capacidad para el detalle, percibida en todas sus creaciones.

Virgen del canónigo Van der Paele (1434)

Sus obras más conocidas son: El hombre del turbante rojo (1433), se dice que es un posible autorretrato. También se encuentra, el Retrato de Giovanni Arnolfini y su esposa (1434); Retrato del Cardenal (1434). Por otro lado, la pintura en aceite de la Virgen del Canciller Rolin (1435); la Virgen del Canónigo van Der Paele (1436); y la importantísima y considerada obra maestra, el políptico de gran formato de la Adoración del cordero místico, realizado para la catedral de Gante. Este óleo sobre tabla fue realizado en 1432, es considerada una obra religiosa de gran complejidad, esta narra la adoración del cordero místico inspirado en el texto sagrado del Apocalipsis de San Juan.

Lo asombroso de este gran retablo, que consta de más de doce tablas, es su notable detalle logrado por el trabajo del óleo, pintura mezclada con aceite que genera un intenso cromatismo. Fue una pintura admirada en su momento porque estaba dotada de simbolismo y un complejo contenido iconográfico al relatar la redención humana a través del sacrificio de la sangre de Cristo.

Actualmente, esta obra es muy valorada por la historia que lleva a cuestas. Luego de estar en las manos de un rico burgués de la época, fue sobreviviente de las guerras de religión, luego quedó en manos de Napoleón. Décadas después, fue reclamada en la Segunda Guerra Mundial por los nazis. Hace ya más de cincuenta años se logró el retorno de la obra a la Catedral de San Bavón en Gante, su lugar de origen.

A este artista se le reconoce como autor de unas veinte pinturas más, muchas quedaron perdidas por diversas situaciones de convulsión social. Generalmente las que hoy conocemos son en su mayoría retratos y cuadros religiosos. Todas sus obras atestiguan la maestría de van Eyck para modelar figuras y objetos con luz y color y su gran detalle. Esta técnica fue tomada como modelo para numerosos artistas, entre todos ellos se destaca Petrus Cristus. Definitivamente las obras de van Eyck son un trabajo meditado, en el que se advierte el interés del autor por el naturalismo y la captación del hombre en su acción más íntima.

Jan van Eyck murió el 9 de julio de 1441, luego de producir su última obra, la Virgen de la fuente.  Su cuerpo fue sepultado en un claustro anexo a la iglesia de San Donaciano, por ser miembro ducal y apreciado por Felipe el Bueno. Además, recibió una despedida solemne y un sinnúmero de honores.