Jacques Cartier (23 de diciembre de 1491-1 de septiembre de 1557) Nació en Saint-Malo, Francia. Navegante francés. Cartier dirigió diversas expediciones ordenadas por el Rey de Francia en el siglo XVI que llevaron al descubrimiento y colonización de los territorios cercanos al río San Lorenzo en lo que actualmente se conoce como Canadá; a lo largo de sus viajes visitó Brasil, Terranova, Nueva Brunswick y Canadá, país en el que creó los primeros asentamientos franceses en Norteamérica; por su labor como navegante y explorador, Cartier, es una de las figuras más destacadas de su época, a este se debe el nombre de Canadá, término asociado con la palabra Kanata (Villa) del lenguaje Iroqués.
El navegante francés comenzó sus aventuras en el mar a inicios del siglo XVI, momento en el que navegó por las costas de Brasil y Terranova; hacia la década de 1530 le fue encargado por el rey Francisco I, la búsqueda de una ruta que permitiera el tránsito de las flotas comerciales entre Europa y Asia por el norte del continente americano, evitando el control establecido por los españoles en América. En abril de 1534 partió de Saint-Malo con dos navíos los cuales dirigió hacia Norteamérica
En 1535 volvió a América por órdenes del rey, cruzó la costa de Belle-Isle y navegó por el río San Lorenzo, al que bautizó con este nombre antes de establecer el asentamiento en el poblado de Stadacona, zona de Quebec. Durante estos viajes Cartier, creó el primer asentamiento francés en Norteamérica, ubicado en la península de Gaspé, territorio que hoy se conoce como Quebec; después de establecer el asentamiento en Quebec, se adentró en el territorio canadiense guiado por dos nativos capturados en el viaje anterior. Al llegar el invierno Cartier y su tripulación enfrentaron diversos inconvenientes ligados a la resistencia e ira de la población nativa iroqués, a lo cual se sumó la aparición de diversas enfermedades que acabaron con la vida de sus hombres, entre estas el escorbuto. Al terminar el invierno Cartier y sus hombres regresaron a Francia, en donde Cartier, le comentó al rey sobre los relatos de los nativos, en los que se hablaba de un gran rió que se extendía por el oeste del territorio, el cual podría llevar a nuevas riquezas y quizás a Asia.
La tercera expedición del navegante francés se llevó a cabo en 1541, ya que al estallido de la guerra en Europa imposibilitó la salida de los barcos en los años anteriores; tras unos días de viaje llegó a Quebec, en donde tras atravesar otro duró invierno decidió regresar a Francia con una gran cantidad de metales y minerales, que él consideraba eran oro y diamantes. En el viaje de regresó se encontró con el noble navegante Jean-François de La Rocque de Roberval, quien le ordenó regresar con él a Quebec, en donde esperaba crear una colonia, sin embargo, Cartier desobedeció las órdenes del noble y continuó su viaje a Francia; una vez en el país descubrió que el botín recolectado no tenía valor, por lo cual no recibió ninguna comisión real. Desde entonces se retiró a su propiedad en Saint-Malo, en donde vivió el resto de su vida.
Después del fallido intento de Cartier, Roberval estableció una pequeña colonia en Canadá, la cual permaneció poco tiempo en el territorio norteamericano, debido a la crudeza del invierno y la escasez de riquezas. En el siguiente siglo los franceses lograron establecerse en Canadá, permaneciendo en el territorio norteamericano hasta 1763. Si bien las campañas de Cartier no consiguieron los resultados buscados, estas sentaron las bases de la colonización francesa en el territorio norteamericano, a este se deben el nombre de Canadá, el Rio San Lorenzo y el estrecho de Jacques Cartier. El destacado navegante falleció el 1 de septiembre de 1557 en Saint-Malo.