Historia

Historia de la Peste negra o peste bubónica

Historia de la Peste negra

La Peste negra, peste bubónica o también conocida como muerte negra, fue una de las pandemias más devastadoras que atravesó la humanidad.  Afecto a toda Eurasia en el siglo XIV, iniciando hacia el 1346 o 1347 y encontrando su punto máximo en el 1353. Aunque aun se desconoce el numero exacto de muertos que dejo, se cree ascienden a los 25 millones solo en Europa. Estuvo presente en todo el siglo XIV con brotes tardíos de poca magnitud hasta el S. XVIII. Acompaño a viajeros y sembró el horror en todo el continente. Su origen entonces desconocido y las muchas afectaciones que provoco dejaron una profunda huella en el continente.

La peste: inicio y expansión

Provocada por una variante de la Yersina Pestis, la Peste llegaría a Europa desde Asia entre el 1346 y 1347. En la época poco se sabia sobre su origen, pues era la primera epidemia que aparecía desde la de Justiniano acaecida hacia el 541 (primer brote de Peste Bubonica). La medicina tal y como la conocemos llegaría siglos mas tarde. Su primer foco en un Europa fue en la ciudad de Mesina, de ahí se extendió a Florencia, Hamburgo, Colonia y Bremen. Posteriormente llegaría a toda Europa, afectando a las zonas costeras y poblados mercantiles con gran ferocidad.

Una vez se estaba infectado, pasaban pocos días para encontrar la muerte. Los primeros síntomas eran fiebre elevada y tos seca, en ocasiones con sangre; luego aparecían los bubones negros (masas o inflamaciones en la piel), las manchas y la gangrena en las extremidades. Cuando empezaban a romper los bubones y la gangrena se extendía era inevitable la muerte. Según cuentan algunos relatos de esta época, la enfermedad podía aparecer rápidamente y acabar de la misma manera o prolongarse por unos días.  La persona infectada podía estar bien en la mañana, luego presentar fiebre en la tarde y morir en la noche.

Llevada a Europa a través de las rutas comerciales, la enfermedad afectaría a ricos y pobres por igual, dejando múltiples afect aciones económicas y sociales. Sin duda alguna, la peste sembró el terror en todo el continente. Debido a su origen entonces desconocido, al surgir la enfermedad, muchos pobladores vieron en esta una especie de castigo divino

. Se culpo a las mala energías, los miasmas y luego al pueblo judío, pues esta población presento menos casos. Sin embargo, esto se debió a las condiciones higiénicas con que vivía esa población.

También se culpo a los viajeros y peregrinos y aunque muchos investigadores y jóvenes practicantes intentaron encontrar el origen y posible tratamiento, fue hasta 1894, que se hicieron los primeros avances. Ese año, los investigadores Alexandre Yersin y Kitasato Shibasaburō plantearon como origen del brote a una variante de la bacteria Yersina Pestis, encontrada en las ratas negras y las pulgas que estas portaban. Se dijo entonces que la enfermedad llega al humano por medio del contacto con la rata infectada y sus pulgas. La bacteria entraba con la picadura de la pulga o a través de cualquier herida abierta.

Ahora bien, en 2015, salió a la luz un estudio en el que se eliminaba a la rata como portador de la bacteria. Los investigadores a cargo de este estudio, encontraron como culpable al gerbillo, otro roedor también proveniente de Asia. El estudio muestra que las condiciones climáticas durante la pandemia no eran apropiadas para un brote de ratas, sino de gerbillos. Una primavera húmeda seguida de un verano cálido habrían provocado un alza en los gerbillos y estos la aparición de la bacteria, también trasmitida por sus pulgas. Estas condiciones se repitieron en los demás brotes de la enfermedad, tanto Europa, como Asia y África, donde también se presentaron algunos casos. El ultimo brote tuvo lugar en el siglo XVIII. En el trascurso de esos años la enfermedad apareció y desapareció en varias ocasiones.

La cuarentena y los cambios tras la pandemia

Fue durante los primeros años de la pandemia que se creo como medida de precaución la cuarentena. Para evitar el contagio se obligaba a los marineros y peregrinos aislarse por 40 días, de ahí su nombre. Una vez terminado este periodo, se consideraba ya no era peligroso. Nadie podía tener contacto con las personas en cuarentena. Si era un barco y había tripulante enfermo, se mantenía a toda la tripulación en cuarentena y si solo los sobrevivientes dejaban la embarcación.

Con el fin de la pandemia, llegaron varios cambios tanto culturales, como económicos y sociales.  Inmediatamente se buscó mejorar las condiciones de salubridad para evitar otros brotes. Aunque la economía se vio afectada con la baja en la mano de obra, la movilidad social incremento. Las labores como el cultivo se vieron afectadas mientras que el consumo de carne aumento en gran medida. La poca mano de obra, propicio también el desarrollo de herramientas avanzadas para el cultivo y otras actividades.

Cabe resaltarse que aunque varias zonas quedaron despobladas, otras apenas se vieron afectadas comercialmente. Hasta la fecha se desconoce el numero exacto de muertos que dejo la pandemia. Aunque surgieron varios brotes tardíos ninguno tuvo la magnitud del de 1346. En la actualidad aun se presentan brotes de peste en Estados Unidos, Madagascar y China, entre otros lugares.