Corrado Alvaro (15 de abril de 1895 – 11 de junio de 1956) escritor, dramaturgo, periodista y poeta. Nació en San Luca di Calabria, Italia. Sus padres fueron Antonio, un maestro elemental, y Antonia Giampaolo. En un comienzo se relacionó con la corriente del costumbrismo, y luego se inmiscuyó en el “realismo mágico italiano”; una forma de entender la literatura, lírica y fantástica. Fue autor de los relatos de La amada en la ventana (1929) y en la novela breve Gente en Aspromonte (1930), considerada su mejor obra.
En su juventud participó en la Primera Guerra Mundial como oficial de infantería, fue dado de baja cuando resultó gravemente herido en los combates del Carso (1916). Posteriormente, su vida tomó un rumbo diferente: trabajó como periodista en Il Resto del Carlino y hasta 1920 en Il Corriere della Sera, año en el que se doctoró en Filosofía y Letras en la Academia Científico-literaria de Milán. En 1922 se trasladó a Roma, e ingresó como redactor en el diario liberal Il mondo, fundado por Giovanni Amendola.
Se desempeñó como crítico teatral de Il Risorgimento, redactor de la revista “900”, Massimo Bontempelli fue su fundador. Logró conocer varios lugares como el Oriente Próximo, Alemania y Rusia gracias a su labor como redactor de La Stampa. Estos viajes fueron fundamentales para la creación de sus libros Viaggio in Turchia (1932) e I maestri del diluvio, viaggio nell’URSS (1935). Fue un autor que se inspiró en sus experiencias de vida para escribir sus obras, por ejemplo, sus experiencias de guerra fueron necesarias para escribir Poesías grisverde.
Su primera novela se tituló L’uomo nel labirinto (1926), en la que se advierte la presencia simbólica de un personaje que intenta distanciarse de las costumbres y sentimientos de su tierra de origen y acercarse a experiencias de vida citadina para sentir cosas nuevas. En adelante lanzó novelas como: La amada en la ventana (1929) y Misteri e avventure (1930), y La signora dell’isola (1930). Debemos indicar que, su inspiración regional sobrepasa los acostumbrados límites veristas del relato provinciano de finales del siglo XIX.
En Vent’anni (1930), el autor se describe a sí mismo como el protagonista, es la historia de un joven meridional que combate en la guerra europea junto con algunos compañeros. Se centra en las costumbres, sentimientos e ideas de una sociedad civil más compleja y rica que la de su tierra natal (Florencia). Tocó temas sensibles como la realidad italiana del período fascista, bajo la pesadilla de la dictadura en su obra El hombre es fuerte (1938). Posteriormente publicó otras obras como:
La edad breve (1946) forma parte de una trilogía que Corrado Alvaro no pudo terminar a tiempo. Belmoro, Encuentros de amor (1940), a los que se sumarían después una segunda serie de prosas narrativas e interpretaciones de aspectos y figuras de la vida moderna: 75 cuentos (1955).
Corrado Alvaro es reconocido por ser un escritor muy creativo e interesado por los temas de su generación, muy atento a la moralidad de la época moderna. Su producción como periodista y ensayista queda reflejada en Itinerario italiano, Il nostro tempo e la speranza y Casi una vida; diario que abarca desde 1927 hasta 1947, es pues un completo testimonio de lo más significativo de la vida espiritual y literaria italiana de la primera mitad del siglo XX. Luego de su fallecimiento, se publicaron los ensayos Roma vestita di nuovo. Itinerario italiano II (1957), Un tren en el sur. Itinerario italiano III (1958), Último diario (1959), y la narración Domani (1968). Cabe recalcar su actividad teatral, de la que destacan Il paese e la città e Il caffè dei naviganti (1939) y Lunga notte di Medea (1949), y las traducciones de Racconti e ricordi, de Tolstoi (1942), y de La Celestina, de Fernando de Rojas (1943).