Cornelio Judas Tadeo de Saavedra y Rodríguez (15 de septiembre de 1759 – 29 de marzo de 1829) comerciante, miembro capitular y estadista. Nació en Otuyo, corregimiento de Potosí, Virreinato del Perú. Se crió en una hacienda agrícola conocida como “La Fombera” estaba ubicada en la orilla del río Mataca. Cuando Cornelio nació su madrina fue la india Pascuala que ofició de partera. Sus padres: Santiago Felipe de Saavedra y Palma, y Teresa Rodríguez de Güiraldes, se mudaron a Buenos Aires en 1767 de donde era natural Santiago Felipe de Saavedra y Palma.
Estudió en el Real Colegio de San Carlos, para poder estudiar allí debió aprobar un examen previo de gramática latina. Para iniciar estudios en filosofía debió estudiar física y metafísica. En 1776, figuró entre los alumnos del primer año de Teología, culminó en 1779. Pero por desgracia su padre falleció y tuvo que parar sus estudios para asumir la administración de los bienes familiares. Manejar las cuentas de su familia, caracterizada por su gran prestigio económico y parte de la elite que dominaba el Cabildo de Buenos Aires no fue tarea fácil.
El 17 de abril de 1788, Cornelio Saavedra se casó con su prima hermana María Francisca Cabrera y Saavedra, viuda de Mateo Ramón Álzaga y Sobrado próspero comerciante y Teniente del Correo Mayor. En ese sentido, María Francisca gozaba de una importante herencia. Recordemos que para ese momento los matrimonios de tipo homogámico eran normales porque de esa forma se reforzaban, protegían y mantenían la élite capitular. De esta unión nacieron tres hijos. Años después, su esposa falleció.
Y en 1801 se casó nuevamente con María Saturnina Bárbara Otárola del Ribero hija del coronel José Antonio Gregorio de Otárola y Larrazábal y Josefa del Ribero y Cossio. En esta medida, el suegro de Cornelio era regidor del Cabildo de Buenos Aires; uno de los más ricos comerciantes del lugar. Para ese momento se desempeñaba en los cargos administrativos del Cabildo de Buenos Aires, donde asumirá distintos cargos administrativos. En 1797 fue nombrado regidor cuarto del Cabildo. Al año siguiente fue ascendido. Estaba encargado de desarrollar las causas de menores, además debía custodiar y mantener los bienes de los menores ricos.
En julio de 1801, Saavedra estuvo relacionado en un caso de pedofilia, cuyas víctimas habían sido alumnos de una escuela. Nueve niños indígenas denunciaron los abusos. Pero, al final este caso no tuvo ninguna resolución. Durante su tiempo administrativo se enfocó en proponer medidas de control contra los abusos de la intermediación entre el matarife y el consumidor que afectaba el precio del ganado. También ordenó la prohibición de la exportación de trigo. Como si estuviera previsto se dio la Primera de las Invasiones Inglesas al Río de la Plata, a causa de la corta ocupación inglesa de Buenos Aires.
Ante esto, los cabildantes de la ciudad aceptaron que el gobernador inglés William Carr Beresford los confirmaran en sus cargos para hacer frente a este ataque. A partir de este momento Saavedra inició su carrera militar. Participó en calidad de comandante del Regimiento de Patricios en 1807, con un cuerpo de milicias criollas se propusieron como tarea la recuperación de Buenos Aires, ascendiendo ese mismo año al grado de teniente coronel. Saavedra logró darle apoyo militar a Martín de Álzaga al producirse el movimiento sedicioso que encabezó en 1809 en contra del Virrey Solís. Demostró el verdadero poder de las fuerzas criollas en caso de conflicto.
Su influyente participación en la Revolución de Mayo de 1810 se vio recompensada con el nombramiento de presidente de la Primera Junta, en cuyo seno orientó a los elementos moderados que se oponían a las más radicales propuestas de la facción de M. Moreno. Aunque debemos indicar que la política de Saavedra fue de tono conciliatorio, muy alejada de las ideas revolucionarias, esto terminó provocando diversas polémicas y denuncias de conspiración. El movimiento de Saavedra fue bautizado saavedrista. Gracias al mando del inteligente militar sus tropas lograron imponerse ante los invasores el 5 y 6 de abril de 1811. Además, logró gobernar la Segunda Junta hasta el 26 de agosto de ese año, cuando el desastre de Huaqui lo obligó a marchar al Alto Perú.
Cuando llegó a Salta fue notificado su disolución del cargo y para ello se creó una nueva forma de gobierno, conocida como el Triunvirato. Saavedra afrontaría una situación de crisis, fue perseguido, acusado y juzgado por los hechos de abril. Se dice que uno de sus principales acusadores fue el patriota argentino Bernardo de Monteagudo. Luego de un largo periodo de juicio, se definió que la pena de Saavedra sería la de destierro a San Juan, de donde más tarde pasó a Chile. En 1818 regresó a Buenos Aires con su cargo y honores recuperados.
Juan Martín de Pueyrredón lo nombró Jefe del Estado Mayor del Ejército. En el momento en que se derrocó al gobierno por los caudillos federales en 1820, se exilió en Montevideo. Fue llamado luego para que se uniera a la causa militar en el conflicto bélico con Brasil, pero se rehusó. Dedico sus últimos años de vida a escribir unas valiosas Memorias. Murió en el exilio el 29 de marzo de 1829.