Religión

Clemente V

Biografía de Clemente V

Clemente V  (1264-1314) Papa de la Iglesia católica entre 1305 y 1314. De carácter débil, durante su pontificado cedió a las presiones del rey francés Felipe IV el Hermoso, accediendo con su  bula Ad providam Christi vicarii, a la disolución de los Templarios y  ejecución de sus dirigentes. En el año 1309 trasladó la sede sacerdotal a Aviñón, iniciando el llamado cautiverio de Aviñón (1309-1377). Le sucedió el papa Juan XXII.

Orígenes y formación

Nacido en Villandraut, su nombre secular era Bertrand de Got. Estudió artes en Toulouse y derecho canónico y civil en Orleans y Bolonia.  Una vez finalizados sus estudios fue nombrado canónigo y  sacristán de la catedral de Saint-André en Burdeos. Más tarde fue vicario general en Lyon, obispo de St-Bertrand-de-Comminges y capellán del Papa Bonifacio VIII, quien en 1297 lo nombró arzobispo de Burdeos. Como arzobispo de Burdeos, Bertrand  era en realidad un súbdito del rey de Inglaterra; sin embargo  desde muy joven había sido amigo personal del rey francés Felipe el Hermoso.

Clemente V, el papa al servicio de Felipe IV

Tras la muerte del papa Benedicto XI en 1304 y un interregno de un año plagado de disputas, Bertrand  fue elegido sumo pontífice en junio de 1305 con el nombre de Clemente V. De débil carácter, durante su pontificado Clemente no fue más que un juguete en las manos del rey Felipe IV el Hermoso. Fue este quien lo persuadió para que trasladase la sede papal a Aviñón cerca del concilio de Vienne y como medida de protección. En 1309, Clemente trasladó la sede papal a Aviñón, con lo que inicio el periodo más tarde conocido como el Cautiverio de Aviñón.

 El traslado que inicialmente era de carácter provisional, motivado por las disputas en Roma y la cercanía del Concilio en Vienne programado para 1311, se convirtió en permanente hasta 1377 y durante siete pontificados. El cautiverio termino cuando el papa Gregorio XI regresó a Roma.

Disolución de la orden del Temple

Su apoyo a la política de Felipe IV, el asentamiento de la corte papal en Aviñón, los muchos nombramientos de cardenales franceses (con los que Felipe aseguraba otro papa francés) y su negativa a volver a Roma, no solo afligieron a los católicos sino que también dejaron una muy mala impresión en el resto de Europa, especialmente en Inglaterra, enfrentada entonces con Francia. La debilidad  de Clemente antes las pretensiones del rey contrastó con la energía de su predecesor, Bonifacio VIII. Así, Clemente cedió a los deseos del rey y las acusaciones de la inquisición contra la orden de los Templarios y durante el Concilio de Viene, accedió con la bula  Ad providam Christi vicarii,

 a la disolución de la orden, el encarcelamiento de sus dirigentes y la confiscación de sus vienes, parte de los cuales quedarían en manos de Felipe.

Clemente también fomentó las misiones en Asia y África, y discutió sobre las virtudes teogales.

Murió consumido por las enfermedades y la tristeza, el 20 de abril de 1314. Unos meses después moriría muerte de Felipe.  Le sucedió Juan XXII.

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