Psicólogos

Burrhus Frederic Skinner

Biografía de Burrhus Frederic Skinner

Burrhus Frederic Skinner (20 de marzo de 1904 – 18 de agosto de 1990) psicólogo. Nació en Susquehanna Depot, Pensilvania, Estados Unidos. Se crio en una zona rural con sus padres: Grace y William Skinner, un abogado. Su familia naturalmente era religiosa, y su abuela solía contarle historias sobre el infierno. Lo anterior, sumado a un profesor de la escuela que acostumbraba a asustarlo con amenazas del infierno hicieron que Skinner perdiera su fe, y se inclinara por el ateísmo.

El sueño del joven era ser escritor, por ello, ingresó al Colegio Hamilton en Nueva York, una institución que velaba por la formación de escritores con la intención de convertirse en escritor. El joven logró graduarse, y pasó un año en Greenwich Village con el fin de profundizar y formarse en la escritura de ficción, pero empezó a observar que sus habilidades no eran tan buenas como las de sus compañeros, pronto se desilusionó con sus habilidades literarias. Posteriormente, Skinner le llamó a este período “el año oscuro”.

Skinner comenzó a cuestionarse por los comportamientos y acciones de las personas, lo que le llevó a estudiar psicología en la Universidad de Harvard, logró doctorarse en 1931. Su rendimiento fue bueno, y pudo ser parte de la Universidad en el rol de investigador en el área de biología con el profesor Crozier; en 1936, y más tarde, desarrolló su actividad docente en la Universidad de Minnesota, luego se trasladó a la de Indiana, para luego volver a Harvard como profesor en 1948, donde ejercería el resto de su vida.

Durante ese periodo el psicólogo publicó varios libros, los más importantes: Las conductas de los organismos, y Walden Dos. Sus estudios estuvieron influidos por Pavlov y por el conductismo de John B. Watson, Skinner dedujo la posibilidad de explicar la conducta de los individuos como un conjunto de respuestas fisiológicas condicionadas por el entorno, y con base a esto se dedicó completamente a estudiar las posibilidades que ofrecía el control científico de la conducta mediante técnicas de refuerzo, esto fue conocido como el premio de la conducta deseada, necesariamente aplicada a los animales.

De los aportes más importantes de y celebres de Skinner cabe mencionar el adiestramiento de unas palomas para jugar al pimpón, la llamada caja de Skinner, actualmente se sigue utilizando para fines de condicionamiento de animales, o el diseño de un entorno artificial específicamente pensado para los primeros años de vida de las personas. Estos experimentos fueron muy polémicos en su momento, pero alcanzaron una impresionante popularidad. Este estudio quedo consignado en el libro mencionado arriba, Walden 2. Skinner se atrevió a especular que la sociedad del futuro seria programada con técnicas de ingeniería de la conducta.

En 1971 volvió a causar revuelo entre los círculos científicos y la sociedad en general, al reafirmar en su ensayo Más allá de la libertad y la dignidad la defensa de tales conceptos, que resultaban en último término perniciosos para la sociedad, además aseguró que la única manera de alcanzar una convivencia óptima debía ser por medio de una aplicación de las técnicas adecuadas en el diseño de la conducta de sus miembros.

Su teoría impactó ampliamente a los estudiantes de la Universidad de Harvard y de la Universidad de Indiana donde pasó gran parte de su vida. En este sentido, Skinner fue el principal representante del conductismo en su país, y sentó las bases de una escuela que pretende explicar el comportamiento humano y animal en términos de respuesta a diversos estímulos. A parte de la influencia de Watson, Skinner se enfoco en los estudios de la reflexología rusa: Vladimir Bechterev. Skinner fue el responsable de la creación del concepto condicionamiento operante, a partir de la observación y la experimentación con animales, este es un proceso mediante el cual un animal es llevado a realizar cierta acción a partir de diversos estímulos. Para este proceso son decisivos los “reforzamientos” positivos y/o negativos. Skinner realizó grandes aportes a la psicología, especialmente en la etapa práctica de la psicología, creó la educación programada, una técnica de enseñanza. Otra de sus obras importantes son La conducta de los organismos (1938) y Tecnología de la enseñanza (1968). Entre sus últimos trabajos aparecen: Autobiografía: así se forma un conductista (1976) y Reflexiones sobre conductismo y sociedad (1978).

Por su incesante e importante labor para la psicología y la ciencia en general, Skinner fue merecedor de muchos galardones a lo largo de su carrera. En 1968, recibió la Medalla Nacional de Ciencia por el presidente Lyndon B. Johnson. Años después, fue premiado con la Medalla de Oro de la Fundación Psicológica Americana, y en 1972, recibió el premio de Humanista del año de la American Humanist Association. Lamentablemente, ocho días después falleció, recibió una mención por parte de la American Psychological Association por su contribución a la psicología. B. F. Skinner falleció en Cambridge, Massachusetts, el 18 de agosto de 1990.

 

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