Alhazen (1 de julio de 965 – 6 de marzo de 1040) el primer gran científico. Nació en Basora, Emirato Buyí, Irak. Su nombre no occidental es Ibn al-Haytham. Durante su infancia tuvo una educación distinta a la de los demás niños, estudió con el objetivo de convertirse en administrador público. Luego de varios años y como resultado de su esfuerzo, fue nombrado ministro de Basora y de las regiones circundantes. Pero en dicho cargo no permaneció mucho tiempo, Alhazen llegó a sentirse tan fracasado que decidió tomar otro camino y dedicarse por entero al estudio de la ciencia.
Cuando Alhazen creció se desplazó hasta El Cairo, que en ese momento se encontraba bajo el reinado del califa fatimí Al-Hakim, un mecenas de las ciencias que tenía un gran interés por la astronomía. Alhazen fue contactado por el califa que le encargo un proyecto hidráulico controlar y perfeccionar el sistema que contenía las crecidas del gran rio Nilo, Alhazen pensó en un primer intento para la construcción de una represa en la que hoy se conoce como la presa de Asuán.
Pero con el paso del tiempo y la realización de varios planos e intentos en terreno con los ingenieros más habilidosos del momento y del mundo oriental, se dio cuenta que el trabajo no era ejecutable. Alhazen compartió sus resultados con el califa, y este enfureció. Alhazen fingió locura, para evitar su muerte, fue enviado bajo arresto domiciliario desde 1011 hasta la muerte de Al-Hakim en 1021. Aunque al principio vio esto como un castigo, luego prefirió dedicar este tiempo a la astronomía, geometría, teoría de números, óptica y filosofía natural. Como resultado, escribió su influyente Libro de Óptica y continuó redactando tratados.
Cuando murió el califa automáticamente fue puesto en libertad, para ese momento, su trabajo era conocido por muchas personas, su libro fue leído. Al poco tiempo, se convirtió en el tutor de estudiantes como Sorkhab, un persa de Semnan que fue su alumno por más de tres años, y Abu al-Wafa Mubashir ibn Fatek, un príncipe egipcio que aprendió los métodos matemáticos de Alhazen. Este genio que se desarrolló durante la edad de oro de la civilización musulmana, fue reconocido como el primer científico.
Realmente, Alhazen propuso la verificación de toda hipótesis teórica mediante la experimentación, realmente esto fue algo innovador porque era la primera vez que se sugería el empleo de dicha metodología. Esto genero varias importantes y numerosas aportaciones a ramas de la ciencia como las matemáticas, la física, la medicina, la anatomía y la astronomía. Por ello, Alhazen es catalogado como una de las figuras más relevantes de la Historia de la Ciencia. Podemos a segurar que el periodo en el que surgió este científico fue propició.
A mediados del siglo VIII, estaba ascendiendo el Renacimiento islámico que fue impulsado por los califas Abasidas que, influenciados por los preceptos del Corán y las tradiciones del Hadiz, valoraron mucho el conocimiento. Bajo el mandato de los Abasidas, el mundo musulmán se convirtió en el centro intelectual de la ciencia, las artes, la filosofía, la medicina, la navegación, la literatura y la educación. En suma, empezó la recuperación y traducción al árabe de muchas obras de la antigüedad clásica que, de lo contrario, se hubiesen perdido.
Alhazen no solo se ocupó de las ciencias, también se inquietó por los conflictos de diversos movimientos religiosos, ante esto pensaba que la cuestión radicaba en quien poseía la verdad, pero para él ninguno de ellos tenía ni representaba la verdad. Cuando se propagó su pensamiento entre las personas fue muy cuestionado. Realmente, no le dio mucha importancia y continuo interesado en el mundo de la ciencia: estudió detalladamente instrumentos astronómicos y construyó una biblioteca que llegó a ser la segunda en importancia en el medio oriente.
Alhazen ganó dinero como copista, mientras realizaba sus tratados, que se establece son aproximadamente 55. El postulado principal de este hombre se aleja de la creencia de los griegos de que el hecho científico podía descubrirse a través de la razón. Para él, la experimentación era imprescindible. Muchos de los tratados se enfocaron en la óptica. En ese sentido, Alhazen escribió un tratado de óptica de siete volúmenes titulado Kitab al-Manazir, esta es considerada su obra más importante.
Esta obra es una contribución fundamental a la óptica después de la publicación del Almagesto de Ptolomeo. Alhazen demuestra su gran manejo del tema por medio de la experimentación. A partir de este tratado, la óptica dejó de ser solo una teoría de la visión, y empezó a contemplar el estudio de la teoría de la luz, su propagación, y sus efectos como agente material. Alhazen revolucionó esta rama del conocimiento y, por ende, la propia física. Se constituyó la teoría de la visión, asociada con la la fisiología asociada al ojo y la psicología de la percepción; y, por el otro, la teoría de la luz que engloba la óptica geométrica y la óptica física.
Las aportaciones de Alhazen lograron profundizar y mejorar la llamada teoría de las emisiones, introducida por Empédocles de Agrigento en el siglo V a.C. también sirvieron de base para que se continuara con el estudio de la reflexión, la refracción y la dispersión en colores, en suma, realizó varios experimentos con dióptricos y espejos. Gracias a la interpretación y uso de la cámara oscura, planteó un modelo de visión según el cual la imagen óptica se formaba en el interior del ojo de forma semejante a como lo hacía en la cámara. Ahora bien, recuperó la hipótesis corpuscular de Demócrito y Platón.
Su trabajo terminó cuando su salud mermó a causa de la avanzada edad. Alhazen murió en el año 1040, cuando tenía 74 años. Antes de su muerte recibió varios reconocimientos. Luego de su muerte también. Es considerado uno de los físicos más importantes de la Edad Media. Sus aportaciones fueron destacadas en varios campos de la ciencia. En ese sentido, su trabajo ejerció una profunda influencia en científicos posteriores.