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Biografía

Alejandro II de Rusia

Biografía de Alejandro II de Rusia
Konstantin Makovsky (1860), CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons
Nombre CompletoAlejandro II Nikolaiévitch o Alejandro II de Rusia
Nacimientoabril 29, 1818
Fallecimientomarzo 13, 1881
OcupaciónZar de Rusia
Apodo/PseudónimosEl Emancipador
NacionalidadRusa
Cónyugue

María Teodora de Hesse-Darmstadt (1840-1880); Catalina Dolgoruki (1880-1881)

Padres

Nicolás I Rusia y Carlota de Prusia.

Biografía de Alejandro II de Rusia

Alejandro II Nikolaiévitch o Alejandro II de Rusia (29 de abril de 1818 –  13 de marzo de 1881) Zar de Rusia de la dinastía Romanov, conocido como El Emancipador.  Hijo de Nicolás I de Rusia, Alejandro accedió al trono tras morir su padre en 1855. La derrota de Rusia en la Guerra de Crimea, le llevo adoptar una política reformista: abolió la servidumbre, reformó el sistema penal, extendió la educación e impulsó la construcción de ferrocarriles. Cuando su poder y su vida se vieron amenazados (por las ideas revolucionarias y nacionalismos), su política se hizo más autoritaria. Sobrevivió a numerosos atentados antes perder la vida en el ataque perpetrado por el grupo terrorista Naródnaya Volia.

Primeros años

Perteneciente a la dinastía Romanov, Alejandro fue el primer hijo de los seis que tuvieron el zar Nicolás I Rusia y su esposa Carlota de Prusia. Nació en Moscú el 29 de abril de 1818. Su origen le granjeo una buena formación, pero,  al contrario de su padre, Alejandro no mostró simpatías por lo militar. Fue más bien un idealista. En el año 1840 contrajo nupcias con María Teodora de Hesse-Darmstadt (hija de Luis II de Hesse-Darmstadt) y al morir esta, en 1880, se unió a Catalina Dolgoruki, quien fuera hasta entonces su amante.  Con ambas tuvo una numerosa descendencia de hasta once hijos. Con Teodora tuvo 8 hijos (6 hijos y 2 hijas), entre ellos: su sucesor Alejandro III (1845) y el duque Vladímir (1847), y con Catalina tuvo a Jorge (1872);Olga (1874) y Catalina (1878).

Un zar reformador

Alejandro fue coronado zar tras morir su padre, en 1855, en plena Guerra de Crimea.  La derrota rusa la atribuyó al atraso estructural del país por lo que en respuesta adoptó una política reformista. Su primera tarea fue lograr la firma de una paz, la Paz París, acuerdo por el cual se prohibía la navegación de buques de guerra rusos en el mar Negro y en el que cedía Besarabia a los turcos.  Su fastuosa coronación dejo en segundo plano la derrota. Coronado, el zar hizo gala de su generosidad, perdonó impuestos y multas e indultó a varios presos políticos, como a los decembristas de 1825 y el escritor Fiódor Dostoyevski.

Alejado del orden militar y muy activo durante sus primeros años, Alejandro II, suprimió varias de las prohibiciones impuestas por su padre. Fue conocido como el Emancipador, pues, tomó la decisión de liberar al enorme número de siervos rusos (entonces superaban los 30 millones). La gran complejidad de la tarea llevó a que tomara más de lo esperado; la abolición se logró en marzo de 1861. La medida, aplaudida por los liberales, creó nuevos problemas como el empobrecimiento de muchos campesinos y el estallido de varios motines. No obstante, los cambios no acabaron ahí. Alejandro también reformó el sistema penal (1864), eliminando los castigos corporales; unificó los tribunales y creó poderes locales los cuales eran elegidos por el pueblo; asimismo, extendió la educación con una nueva ley educativa (1863) e impulso varias mejoras como la construcción de ferrocarriles.

Ideas revolucionarias y el retorno al autoritarismo

Las reformas y grandes cambios, si bien fueron notables, no frenaron la difusión de ideas revolucionarias, especialmente en las universidades, donde los alumnos eran sobre todo de clase media. El campesinado terminó por dejarse influir con lo que los levantamientos no hicieron esperar. Cuando la oposición al régimen se hizo cada vez más amenazadora: tras la insurrección de Polonia (1863-64) y un atentado al zar (1866), Alejandro dio giro en su política. Reintrodujo leyes que limitaban el accionar de los estudiantes, reforzó la censura, controló la educación y emprendió percusiones en contra las minorías intelectuales.

Política exterior

Alejandro II se sentía entonces incapaz de detener la amenaza nihilista; se volvió cada vez más autoritario. Intentó recuperar la fuerza y  el prestigio perdidos con una política exterior revisionista: expandió las fronteras de Rusia en el Cáucaso y en Asia Central y también amenazó la presencia británica en India apoyado en una alianza con los persas. La victoria ante Francia, en 1871, le permitió levantar algunas de las clausulas del Tratado de París, recuperando  su paso por el Bósforo. Más tarde se alió con la Alemania de Bismarck y reforzó su posición internacional. Incluso se permitió librar una nueva guerra con el Imperio Otomano en 1877, pero la intervención inglesa le impidió consumar sus planes.

Fue la acción concertada de las potencias occidentales lo que detuvo entonces el expansionismo ruso.

Muerte

Después de sobrevivir a cuatro atentados frustrados, Alejandro murió victima de un quinto atentado terrorista orquestado por el grupo Naródnaya Volia, el 13 de marzo de 1881. A Alejandro le fue lanzada una bomba mientras se movilizaba en su carro por las calles de San Petersburgo.

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