Políticos
Abd al-Rahman II
Biografía de Abd al-Rahman II
Abd al-Rahman II o Abderramán II (792 d. C – 852 d. C.) Nació en Toledo, España. Cuarto emir de Córdoba (822-852). Sucedió a su padre Al-Hakam I en el año 822. Una vez accedió al poder consiguió ganar el respeto de su pueblo a través de una serie de reformas económicas y religiosos. La paz de su gobierno se vio alterada constantemente por el surgimiento de varios levantamientos (Merida, Toledo y Tudela), algunas rebeliones internas y las incursiones normandas. Interesado las artes y las letras, convirtió a Córdoba en uno de los centros culturales más importantes de su época. Durante su gobierno inició una cruel persecución contra los mozárabes (población cristiana).
Familia
Hijo menor del emir Al-Hakam y Halwa, una esclava concubina. Desde temprana edad consiguió ganarse el respeto y aprecio de su padre, quien no dudo en dejarlo a cargo de sus territorios poco antes de su muerte en el 822 d.C. Ese mismo año, accedería al poder, contando con el apoyo de sus hermanos mayores y los habitantes de la región.
Gobierno de Abd al-Rahman II
Abd al-Rahman II gobernó Córdoba entre el 822 d.C y el 852 d.C. Durante sus primeros años de gobierno consiguió ganarse el aprecio de su pueblo a través de la promulgación de una serie de medidas económicas sobre el fisco, al mismo tiempo que ganaba respeto entre los alfaquíes, por una serie de medidas de carácter religioso. Si bien su llegada al poder fue ordenada, tuvo que lidiar con los deseos de expansión del viejo candidato al trono, Abd Allah al-Balansí. Quien aprovechó su llegada al poder para expandir sus territorios hasta la región de Tudmir. Sin embargo, el emir no tuvo que intervenir, ya que el sublevado sufrió una parálisis que lo forzó a retirarse a Valencia.
Rebeliones
La paz de su gobierno se vio alterada por tres grandes rebeliones llevadas a cabo entre el 828 d.C y 842 d.C. La primera tuvo lugar en Mérida hacia el año 828, momento en el que el gobernador de la ciudad fue asesinado por Sulayman ibn y Mahmud ibn Abd al-Yabbar. Una vez muerto el gobernador, el territorio fue declarado independiente y al emir le tomó alrededor de seis años recuperar el territorio. En este posteriormente iniciaría la construcción de la guarnición omeya (h.835). La segunda rebelión tuvo lugar en Toledo, lugar bastante conflicto, el cual recuperó en junio del 837 d.C. El ultimo levantamiento fue en Tudela en el 842d.C, cuando uno de los miembros de la familia Banu Qasi, se declaró en guerra contra el emirato, contando entonces con el apoyo de la dinastía vasco-navarra; el enfrentamiento terminaría con la firma de un armisticio en el 447 d.C, el cual fue quebrantado en el 847 d.C.
Incursiones normandas
Durante su reinado, el emir tuvo que enfrentarse a las incursiones de los Normandos, los cuales llegaron a adentrarse hasta Sevilla. Inicialmente estos atacaron Gijon, La Coruña y Lisboa en el 844 d.C y posteriormente tomaron el puerto de Cadiz. Llegaron al territorio de la Coria del Río y después a Sevilla. Una vez ahí, destruyeron todo a su paso, tomando cuanto objeto de valor encontraban. Reunido su ejército al mando de los generales Muhammad ibn Rustum, Abd al-Wahib y Abd Allh ibn Kulayd, el emir consiguió la victoria en el campo de Tablada ese mismo año.
Rebeliones internas y los mozárabes
Además de los levantamientos y las incursiones normandas, el emir tuvo que enfrentarse a varias rebeliones internas. Como la protagonizada por los habitantes de Tudmir, divididos en los clanes yemeníes y mudaríes, quienes estuvieron en guerra por alrededor de siete años. Una vez consiguió pacificar el territorio, el emir ordenó la demolición de la ciudad de goda de Ello, para dar paso a la creación de la ciudad de Murcia, lugar que se convirtió en la sede de los gobernadores de Tudmir. Otro conflicto con el que tuvo que lidiar fue el provocado por los mozárabes en la capital del reino. En ese entonces, la población cristiana (mozárabes) del reino inició una serie de provocaciones y ataques contra el Islam, lo cual llevo al encarcelamiento del líder del oposición, Eulogio y el estallido de una serie de enfrentamientos. Pronto la situación empeoró, por lo que el emir tuvo que intervenir convocando a un Concilio en el año 852, el cual fue presidido por Recaredo. En este se dio por concluido el movimiento contra los mozárabes, sin embargo, tomaría unos años que llegara a aplicarse a cabalidad.
Pese a lo inestable que fue su reinado, Abd al-Rahman II consiguió establecer buenas relaciones comerciales entre los reinos independientes del norte de África y al-Ándalus, así como con la corte bizantina de Constantinopla. Reestructuró las jerarquías de su gobierno basándose en el modelo impuesto en Bagdad por los abasíes. Organizó el cuerpo de la policía y fortaleció al ejército. También se preocupó por la construcción de varias obras como, las mezquitas de Sevilla y Jaen y la alcazaba de Mérida y el establecimiento de buenos centros culturales. Tras morir en el 852 d.C, fue enterrado en la capilla sepulcral (Rawda) del Alcázar de Córdoba. Fue sucedido por su hijo, Muhammad, quien seria conocido como Muhammad I.