Historia
D.B Cooper
Historia de D.B Cooper
D. B Cooper es el nombre atribuido al hombre que secuestró el vuelo 305 de Northwest Orient Airlines, un avión Boeing 727,en los Estados Unidos, el 24 de noviembre de 1971. Su identidad constituye uno de los mayores misterios de finales del siglo XX y comienzos del XXI. El caso Cooper o «Norjak» en el FBI, es el único caso de piratería aérea sin resolver en los Estados Unidos. El secuestrador pidió $ 200,000 dólares a cambió del rescate de 36 pasajeros, que lo llevaran a la Ciudad de México y luego se lanzó en paracaídas con un destino incierto, a la mitad del segundo vuelo, sobre el suroeste de Washington. Una pequeña parte del rescate se encontró a las orillas del río Columbia en 1980. Sin embargo, a pesar de encontrar pistas y tener cientos de sospechosos su identidad continúo siendo desconocida. En 2016, el FBI anunció el cierre de la investigación.
Secuestro del vuelo 305 de Northwest Orient Airlines
El 24 de noviembre de 1971, un pasajero que viajaba registrado bajo el nombre de Dan Cooper (luego conocido como D.B Cooper), abordó el vuelo 305 de Northwest Orient Airlines que partía del Aeropuerto de Portland con destino a Seattle, Washington. Cooper había comprado su tickete ese mismo día en efectivo. Llevaba una gabardina negra, traje oscuro, camisa blanca, corbata negra, mocasines y gafas de sol oscuras. Su asiento, el 18C, se encontraba en la parte trasera del avión. Mientras esperaba el despegue, pidió un bourbon con soda a la sobrecargo Florence Schaffnert y quince minutos después del despegue le entregó una nota. Schaffnert pensó que se trataba de un pretendiente pidiendo su número, por lo que guardó la nota en su bolsillo sin leerla. Al notarlo, Cooper se le acercó y le dijo: “Señorita, mejor lea lo que hay en esa nota. Tengo una bomba”. En la nota estaba escrito:
“Tengo una bomba en mi maletín. La usaré si es necesario. Quiero que se siente a mi lado”.
Schaffnert leyó la nota y tomó asiento al lado de Cooper. La nota también pedía $200. 000 dólares en billetes sin marcar y dos sets de paracaídas, así mismo explicaba detalladamente cómo se debía entregar estos objetos una vez que el avión llegara al Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma; de no ser cumplidas sus demandas, Cooper haría estallar el avión. Minutos después, la sobrecargo se dirigió a la cabina con la nota de Cooper e informó al piloto, William Scott, quien contactó con el control del tráfico aéreo en Seattle-Tacoma, y estos a su vez se pusieron en contacto con la policía y el FBI.
La agencia entro en contacto con el presidente de Northwest Orient, quien pidió al piloto cooperase con el secuestrador, con la condición de que liberara a los pasajeros. Después de que Schaffner confirmara la autenticidad de la bomba, Cooper le ordenó que dijera al piloto que no aterrizara hasta que el dinero y los paracaídas estuvieran listos en el aeropuerto. El avión dio vueltas en el cielo durante más de dos horas, mientras la policía en Seattle y el FBI reunían el dinero y los paracaídas. A las 5:24 p.m, el control de tráfico del aeropuerto comunicó a Scott que las demandas habían sido cumplidas. Entonces, el secuestrador permitió al piloto aterrizar. A las 5:39 p. m el avión tocó tierra.
Liberación de pasajeros y escape
Un empleado de Northwest Orient se acercó hasta el avión y entregó los objetos a Tina Mucklow, un sobrecargo. Minutos después, Cooper liberó a los 36 pasajeros y a Schaffner, pero retuvo a otros miembros de la tripulación: el piloto Scott, la sobrecargo Mucklow, el primer oficial Bob Rataczak y el ingeniero de vuelo H. E. Anderson. A las 7:40 p.m, después del reabastecimiento de la nave y de una inspección al dinero y paracaídas, Cooper ordenó a la tripulación despegar nuevamente. Decidió que volarían rumbo a la Ciudad de México, a una velocidad mínima con la salida trasera abierta y la escalera acoplada. Entonces, se le informó de que el límite que podía alcanzar un Boeing 727 sin repostar era de 1600 kilómetros, por lo que tendrían que repostar nuevamente en Reno, Nevada. Cooper accedió aunque no llegó tan lejos.
Veinte minutos después de haber comenzado el segundo vuelo, el personal se percató de un cambio en la presión del aire. Cooper había saltado con un paracaídas, junto con el dinero, sobre el suroeste de Washington. Más tarde los pilotos aterrizaron a salvo el avión en Reno, pero Cooper ya había desaparecido.
El caso Norjak
Inmediatamente, el FBI comenzó a investigar la situación bajo el nombre de “Caso Norjak” (o Northwest Hijacking). Inicialmente se creyó que Cooper había desaparecido al sureste de Ariel cerca del lago Merwin. Debido a esto, las autoridades buscaron en el bosque durante varios días, pero no encontraron ni su cuerpo, ni un paracaídas o billetes. Posteriormente, un equipo de agentes alquiló un submarino para investigar el lago, pero no hallaron nada. Al mismo tiempo, las autoridades investigaban datos sobre sobre su identidad, sin embargo pronto se descubrió que había utilizado un nombre falso. La investigación progreso gracias a la descripción dada por la tripulación y otras pitas halladas en el avión.
Entonces, fueron entrevistadas cientos de personas y se siguieron pistas por todo Estados Unidos. Inicialmente el perfil describió a Cooper como un hombre blanco en sus 40 con entrenamiento en paracaidismo, posiblemente militar y una personalidad serena. Sin embargo, mientras avanzaba la investigación se descubrió que era imposible que fuera un experto paracaidista, pues se había lanzado sin preparación, en medio de la noche y con un clima poco favorable. Más tarde, el FBI llegó a la conclusión de que probablemente había muerto. No obstante, las investigaciones nunca se detuvieron.
Para 1976, la agencia había investigado a 800 sospechosos y eliminado a todos, menos a 24, que continuaron siendo investigados. De todos los sospechosos, resaltó en un inicio Richard Floyd McCoy, un exmaestro de escuela dominical y piloto de helicóptero de Vietnam, arrestado por el secuestro de un avión y fuga en paracaídas cinco meses después del caso Cooper. McCoy fue luego descartado dado que no coincidía con la descripción física de Cooper.
Otras pistas
A finales de 1978, un cazador encontró una pancarta con instrucciones para abrir la puerta de un Boeing 727 al norte del área estimada de aterrizaje. Después de ser analizada, se determinó que la puerta pertenecía al avión secuestrado por Cooper. Dos años más tarde, el 10 de febrero de 1980, un niño de ocho años que estaba de pic-nic con su familia encontró $5.880 en billetes semidestruidos cerca de la orilla del río Columbia. Después de comparar los números de serie de estos billetes, se determinó eran parte del rescate pagado nueve años atrás en Seattle. Los dos nuevos hallazgos no llevaron a su capturan.
En 1995 surgió un nuevo sospechoso de nombre Duane Weber, quien antes de morir confesó a su esposa ser Dan Cooper. La investigación determinó que sus huellas dactilares y muestras de ADN no coincidían con Cooper. Más tarde Kenneth Christiansen, otro sospechoso, fue descartado porque su descripción física no coincidía.
Cierre del caso Norjak
En 2016, el FBI anunció que dejaría de investigar activamente el secuestro del vuelo 305, calificando la investigación como “una de las más largas y exhaustivas” en la historia de la institución. No obstante, continuarían recibiendo detalles, confesiones y pistas relacionadas con el dinero o información solida sobre Cooper.
Después del cierre de la investigación fallecieron los dos últimos hombres vinculados al caso. En julio de 2019, falleció Robert W. Rackstraw, expiloto de helicóptero acusado y luego absuelto de asesinar a su padrastro en la década de 1970. En 2021, falleció Sheridan Peterson, marine, ex empleado de Boeing y experto paracaidista que en su momento parecía el más cercano a la descripción física del secuestrador. En el momento del asalto, Sheridan tenía 44 años. También fueron sospechosos del caso: Lynn Doyle Cooper (ex militar), Barbara Dayton (piloto) y Walter R. Reca. Con los años, muchos quisieron atribuirse el mérito del atraco.
Serie: ‘D.B. Cooper: ¿Dónde estás?’
El 12 de julio de 2022 se estrenó en Netflix la serie documental ‘D.B. Cooper: ¿Dónde estás? La serie de cuatro partes narra la búsqueda del misterioso ladrón, considerado el secuestrador de aviones más audaz en la historia de los Estados Unidos. En la serie, se revive el secuestro, desaparición e investigación del FBI con sus sospechosos, centrándose sobre todo en un par de personas: Dick Briggs, Robert Rackstraw y Thomas Colbert, un autor que ha pasado la mayor parte de su vida intentando demostrar que Rackstraw fue el verdadero culpable.