Historia
Historia del aborto
Historia del aborto
El aborto. Podemos decir que el aborto existe desde que surgió la humanidad. En el Antiguo Egipto se realizaron los primeros, estos se encuentran consignados en el Papiro de Ebers redactado cerca del año 1500 a.C. este contiene preparaciones que provocaban la interrupción del embarazo. Los alimentos que más se utilizaban era la fruta de la acacia cuando no había alcanzado la madurez, dátiles y cebollas trituradas con miel. Mientras que en el Papiro de Kahun se sugiere el excremento de cocodrilo para prevenir el embarazo y también apto para abortar.
Por otro lado, se han encontrado instrumentos para practicar abortos en excavaciones arqueológicas pertenecientes al territorio de China, Persia e India. En el siglo III en el mundo grecorromano el aborto no fue considerado ni crimen ni delito. En este tema se ha detenido la historiadora italiana Giulia Galeotti, y expone que era una cuestión exclusivamente de mujeres. Sócrates lo consideraba un derecho materno: los hombres no tenían voz en estos asuntos. El aborto se encontraba ampliamente difundido en todas las clases sociales. En pocas palabras, era moralmente aceptado. Epicteto, filósofo estoico, escribió:
Es equivocado llamar estatua al cobre en estado de fusión y hombre al feto
En antiguos textos romanos, algunos redactados por Plinio el Viejo, se habla de plantas con funciones abortivas como la ajedrea, y el silfio. También se hacía referencia a los procedimientos quirúrgicos. Como cuenta el historiador griego Konstantinos Kapparis en su libro Abortion in the ancient world, el aborto era practicado por una comadrona y en algunas ocasiones por la propia mujer embarazada. Pero casi nunca por médicos, lo anterior indica que hacia parte de la tradición y no traspasaba el plano de lo institucional.
Ahora bien, aunque abortar no era visto como un delito la mujer estaba relacionada con su función de madre, y no serlo era motivo de deshonra o marginación. Su función social era ser madre. En muchas ocasiones se practicaban los abortos para proteger los derechos de propiedad del padre, avasallados por la decisión de la mujer. En el texto El mundo antiguo, el historiador Jerry Toner, afirmó que muchas mujeres morían mientras se practicaban un aborto. En el mismo siglo en estudio se habló sobre el aborto terapéutico en caso que la gestación pusiera en peligro la vida de la madre: en esos casos se privilegiaba la vida de la mujer.
Con el paso del tiempo y la irrupción del cristianismo el aborto se consideró un acto pecaminoso. En el mundo hebreo se prohibió porque su pretensión era poblar la tierra para defender la propia supervivencia y la presencia divina, se consideraba a la fecundidad como una bendición del Señor y constituía un horror. En el siglo VIII, los Capitula Theodori, un manual de penitencias atribuido a Teodoro, arzobispo de Canterbury, sentenciaba que la mujer que cometiere un aborto antes de que el feto tenga alma, debía pagar una penitencia por un año, tres cuaresmas o cuarenta días.
En 1745 el teólogo y jurista Francesco Emanuele Cangimila, asemejó el embarazo con un árbol que tiene sus frutos y aun son parte del mismo árbol, así que, el feto viene siendo una víscera: el feto es parte de la mujer hasta que se dé su nacimiento. Las polémicas sobre esta situación han resonado durante siglos y las políticas de estado han tomado una voz ante los cuerpos y la autonomía femenina. Países no laicos son los más interesados en legalizar el aborto porque es considerado un pecado. Por el contrario, países laicos se han mostrado adeptos del aborto legal y seguro. La legislación que criminaliza la interrupción voluntaria del embarazo se convirtió en el lema de la expropiación del cuerpo y de la identidad femenina.
El aborto en el siglo XIX
En los albores del siglo XIX, Estados Unidos asumió una política para prevenir los embarazos no deseados, pero también mostró su postura frente al aborto. Rápidamente, en periódicos y anuncios publicitarios se difundía la pastilla abortiva, que podía adquirirse en farmacias. También, se comercializaban los “reguladores femeninos”. Por entonces, al feto no se lo consideraba una persona sino hasta el quinto mes de embarazo. El panorama fue cambiando luego de la segunda mitad del siglo XIX cuando se empezó a prohibir esta práctica por cuestiones morales y religiosas. Para 1900 era ilegal, excepto en casos donde la vida de la madre corriera peligro.
La situación generó que las mujeres continuaran abortando, en la clandestinidad. Lo que provocó una alta tasa de mortalidad. De 1950 a 1960 los abortos ilegales alcanzaron la cifra de 200 mil a 1,2 millón por año. Posteriormente, esta situación creó varios movimientos que se levantaron en contra y pidieron la liberalización del aborto. Pasaron varios años de luchas y exigencias, hasta que la Corte Suprema de 1973, legalizó el aborto en ciertas condiciones. El tema llegó a niveles de violencia tal que las clínicas que realizan abortos eran atacadas constantemente por miedo a ataques armados de extremistas provida.
En Inglaterra la legislación del siglo XX no consideraba el aborto un delito si se realizaba para proteger la vida de la madre. En el año de 1976, Alemania Occidental legalizó la interrupción del embarazo hasta las doce semanas de gestación por razones de necesidad médica, delitos sexuales o graves problemas sociales o emocionales. Actualmente, los abortos están garantizados por el seguro de salud pública. Se realizan 6 abortos por cada 1000 mujeres de 15 a 44 años. Una de las feministas más reconocidas en Francia, Simone de Beauvoir escribió:
En Francia cada año un millón de mujeres aborta en peligrosas condiciones a causa de la clandestinidad a la cual se ven condenadas. Esta operación, efectuada en medio hospitalario, no presenta mayores riesgos. El destino de estos millones de mujeres es silenciado. En consecuencia, yo declaro formar parte de ellas. Declaro haber abortado.
Las mujeres no desistieron en la exigencia del aborto como derecho, y finalmente lograron la promulgación de la Ley Veil que autorizaba el aborto libre y gratuito hasta las 10 semanas de embarazo. Simultáneamente, en Cuba se estaba despenalizando el aborto; el Código Penal aún vigente estableció que solo es un delito cuando se comete por lucro, fuera de las instituciones sanitarias, por personal no médico o en contra de la voluntad de la mujer. En estos momentos, en varios países el aborto es legal y seguro. Mientras que en otros solo es aceptado en caso de violación, malformación del feto o riesgo de la madre, por ejemplo: Colombia.
Otros países como Argentina han gestado un gran movimiento proabortista, conocida como la Marea verde, la mayoría compuesta por mujeres y mujeres feministas. Estas han sido víctimas de ataques violentos en las calles de argentina cometido por providas o movimientos fascistas. Por otro lado, existen países en donde el aborto es completamente ilegal y está considerado un delito, estos son: El Salvador, República Dominicana, Malta y el Vaticano.