Víctor Jara Martínez (28 de septiembre de 1932 – 16 de septiembre de 1973) fue un músico, cantautor y director de teatro chileno. Uno de los principales referentes internacionales de la canción protesta. Fue también investigador del folclore y de los instrumentos indígenas. Hijo de una cantaora, estudió contabilidad, ingresó al Seminario de la Orden de los Redentores y prestó servició militar, antes de iniciarse en la música. Fue parte del coro de la Universidad de Chile (1953). Simultáneamente estudió y trabajó en teatro. Destacan de sus álbumes “Pongo en tus manos abiertas” (1969), “Canto libre” (1970) y “El derecho de vivir en paz” (1971). Su compromiso con el entorno político le costó la vida, al igual que otros universitarios y opositores, durante el golpe de estado de Pinochet.
Jara nació en La Quiriquina, San Ignacio, hijo de un campesino y una cantora popular. Heredó de su madre el gusto por la música y tras ser abandonados por su padre, la familia se trasladó a Santiago. Antes vivió en Chillán Viejo y Lonquén. A los 15 quedo huérfano e ingresó al Seminario de la Orden de los Redentores de San Bernardo, donde permaneció por dos años. Posteriormente, prestó el servicio militar. En 1953 se incorporó al coro de la Universidad de Chile, iniciando formalmente su incursión en la música.
No obstante, su primera opción fue el teatro. Estudió, entre 1957 y 1960, actuación y dirección en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile.
En 1960 se graduó director teatral y pasó a formar parte del Instituto de Teatro de la Universidad de Chile. Poco antes de graduarse, había estrenado su primer obra “Parecido a la felicidad”, de Alejandro Sieveking. Durante los siguientes años, Jara dirigió varias obras y obtuvo el Premio Laurel de Oro al mejor director del año por los montajes de “La remolienda”, de Sieveking y “La maña”, de Ann Jellicoe, ambas en 1965. Como director artístico del grupo Cuncumén, viajó por Holanda, Francia, la Unión Soviética, Polonia, Checoslovaquia, Rumania y Bulgaria.
Luego, en 1967, fue invitado a Gran Bretaña, donde obtuvo otro premio por su dirección teatral. Mientras estaba allí compuso una de sus más conocidas canciones, “Te recuerdo Amanda”, tema dedicado a sus padres Amanda y Manuel. Fue director artístico del grupo popular Quilapayún entre 1966 y 1969, y hasta 1970 se presentó como solista en la Peña de los Parra. Así, entre la música y el teatro, en 1966 grabó su primer LP: Víctor Jara.
“Mi canto es un canto libre que se quiere regalar, a quien le estrecha su mano a quien quiera disparar”. Victor Jara
Su segundo álbum “Pongo en tus manos abiertas”, de 1969, coincidió con el respaldo que dio a la candidatura de Salvador Allende, siendo militante de las Juventudes Comunistas. A comienzos de de la década de 1970, publicó “Canto libre” (1970), “El derecho de vivir en paz” (1971) y “La población” (1972), todos estos de un gran belleza y fuerza poética le convirtieron en uno de los máximos exponentes de la canción popular latinoamericana. Fue referente de la canción protesta,
Sus canciones llegaron más allá de su Chile convertidas en himnos de manifestación y concentración universitaria en países de Latinoamérica y Europa, sobre todo en la España de la transición. Durante el gobierno de Allende fue nombrado embajador cultural; como tal llevó a cabo una amplia labor hasta la día de su muerte. También trabajó como compositor de música para la Televisión Nacional chilena entre 1972 y 1973. Estaba casado con la bailarina Joan Turner, quien había sido antes su profesora en la Universidad de Chile.
El Golpe de Estado del general Augusto Pinochet, el 11 de septiembre de 1973, lo sorprendió en la Universidad Técnica del Estado, siendo detenido junto a otros estudiantes y profesores. Más tarde, fue llevado al Estadio Chile, donde fue brutalmente torturado durante horas y finalmente asesinado el 16 de septiembre. Su cuerpo fue encontrado el 19 del mismo mes. La Comisión de Verdad en 1990 determinó que Jara, victima del golpe, había sido acribillado con 44 disparos y luego arrojado a unos matorrales en las inmediaciones del Cementerio Metropolitano.
Como homenaje a su memoria, en septiembre de 2003, al cumplirse treinta años del golpe militar el gobierno chileno rebautizo el Estadio como Estadio Nacional Víctor Jara. En 2008 se reabrió la investigación judicial entorno a su muerte y el teniente coronel Mario Manríquez fue acusado por el asesinato. Su música e ideas siguen vigentes en los campus universitarios.