Santiago José Carrillo Solares (18 de enero de 1915 – 18 de septiembre de 2012), político del movimiento obrero español. Nació en Gijón, Asturias, España. Santiago Carrillo heredó su espíritu revolucionario de su padre un militante socialista destacado. Santiago asumió el rol de periodista en el periódico El socialista desde 1928, en las columnas que escribía se destacó su espíritu revolucionario y su mentalidad de cambio. Antes de cumplir los veinte años, su popularidad y respeto fue creciendo hasta que se le nombró secretario general del Partido Comunista de España (PCE).
En el mismo año este joven participó en la Insurrección de Octubre contra la derecha republicana en el poder, el plan era impactar toda España, pero solo se llevó a cabo en Asturias. Realmente lo único que ganó con ello fue dos años en prisión junto a otros compañeros. Casi en simultáneo a su salida de prisión España era testigo del triunfo electoral del Frente Popular. A su retorno siguió activo en la lucha, militando en la juventud socialista.
Al poco tiempo, estalló la Guerra Civil española, durante este suceso fue miembro de la Junta de Defensa de Madrid. Además, Carrillo desarrolló un intenso trabajo político con el fin de unificar a las Juventudes socialistas y comunistas, utilizando como vehículo la Internacional Comunista. Dolores fue una de las promotoras de esta unión. El 29 de julio de 1936, Ibárruri exhorta por radio a los comunistas para defender la República. Así que, se formaron Brigadas Internacionales de voluntarios, de cientos de países, integradas por comunistas, socialistas, gente de otros partidos, obreros, campesinos, intelectuales y antifascistas en general.
Debido a la guerra Santiago Carrillo se exilió por un tiempo considerable. Luego fue testigo de la derrota del Frente Popular. La situación se tornó compleja cuando en 1942 murió el secretario general del PCE, José Díaz, en ese momento el Partido vivió un lapso de inestabilidad, encontraron en Dolores Ibárruri una figura que poseía experiencia y le había entregado toda su vida a la causa; su papel activo en el comunismo le ganó el sobrenombre de la pasionaria, así fue conocida en el PCE.
Tras la victoria de Franco, los opositores al régimen pasan momentos penosos; el régimen de Franco, condenó al PCE: encarcelando, torturando y asesinando a sus integrantes. En esas durísimas condiciones, el PCE se reorganizó clandestinamente en el País Vasco, Galicia, Andalucía, Extremadura, Valencia, Navarra y Cataluña; también lo hicieron en el exterior aprovechando la condición de exiliados en México, Cuba, Chi le, Uruguay, Francia y el norte de África, y la Unión Soviética). Desde estos lugares comenzaron a atacar con la vía escrita, periódicos como, Mundo Obrero, Verdad, Unidad, El Obrero y Nuestra bandera se publicaron en diversas zonas de España.
Surgió una suerte de agrupación guerrillera, pero esta fue abortada por el partido, tras la muerte de muchos militantes comunistas y un impacto negativo sobre la población civil en donde actuaba esta guerrilla, generando el descredito en la población rural que pasaba además graves dificultades económicas. No obstante, algunos focos guerrilleros se mantuvieron hasta 1952. Ahora bien, al ataque contra el partido se le une el de la iglesia católica, que durante la Guerra Civil y el franquismo seguía alineada férreamente con la ultraderecha.
Ante la situación de España, en 1954 Santiago Carrillo publicó desde su exilio en París un artículo en el que hacia un llamado a la implementación de una política de “reconciliación nacional”, en donde aprobaba la incorporación de España a la ONU, en contra de la dirección del PCE. Dicho pedido no fue llevado a cabo cabalmente. Años después, Dolores Ibárruri abandonó el cargo de secretaria general del PCE. El reemplazo fue Carrillo. Con la continuidad de la dictadura franquista Carrillo fue tomando una actitud cada vez más presta al diálogo; distanciándose de los dirigentes de Moscú a partir de 1968, tras criticar la invasión de Checoslovaquia por los tanques soviéticos. Decidió entonces, con ayuda de otros comunistas europeos, principalmente el italiano Enrico Berlinguer, crear una versión más independiente del espacio comunista, que fue conocida con el nombre de “eurocomunismo”.
Con la muerte cruel y lenta de Franco, la situación para los miembros del PCE se relajó un poco. El gobierno de Adolfo Suárez ordenó la legalización del PCE, dicha situación provocó un fuerte malestar en los miembros de la milicia. Como respuesta al gesto de Suárez, Carrillo, tuvo una actitud de moderación política y de reconocimiento de la Monarquía. Lo que buscaba con ello era conseguir que el PCE fuera considerado como un partido capaz de vivir en un ambiente democrático, esto le convirtió en una figura clave en la Transición.
Cuando la democracia vuelve a España se celebran las primeras elecciones democráticas, el 15 de junio de 1977, la izquierda fue representada por el PSOE, esta situación también sucedió en 1979. Internamente el PCE vivió una sucesión de enfrentamientos entre los partidarios de una franca renovación y los sectores que apoyaban a Carillo. Por ello, existieron varios cuestionamientos hacia el liderazgo de Carrillo y sus acciones frente a la tensión entre PSOE-PCE. Carrillo declinó como secretario general y en 1985 fue expulsado de su partido. Una trayectoria política tan intensa lo convirtió en un ser activo y crítico observador de la vida política española, especialmente intranquilo por la dureza adoptada por el Partido Popular durante los años de gobierno.
El exdirigente del Partido Comunista, murió el 18 de septiembre de 2012 en Madrid a los 97 años. La muerte ocurrió en su domicilio, mientras dormía, sus restos mortales fueron trasladados a la capilla ardiente en el auditorio Marcelino Camacho. La salud del exdirigente comunista se había resentido en los últimos meses. Meses antes había sido ingresado en el hospital madrileño Gregorio Marañón por un problema en la circulación sanguínea.