Escritores

Miguel Ángel Asturias

Biografía de Miguel Ángel Asturias

Miguel Ángel Asturias (19 de octubre de 1899 – 9 de junio de 1974), poeta, narrador, dramaturgo, periodista y diplomático. Nació en Ciudad de Guatemala, Guatemala. En 1905, su familia se trasladó, por diversos problemas, a la ciudad de Salamá, Baja Verapaz. En este lugar, vivieron en la granja de sus abuelos. Estando allí entro en contacto con la población indígena de la zona. Además, su niñera, Lola Reyes, era una joven indígena, por ella aprendió historias, mitos y leyendas de su cultura. Más tarde representarían un elemento importante en sus obras. A los nueve años, regresó con su familia a la ciudad de Guatemala. Desde joven comenzó a escribir, realizó el primer esquema de la novela El señor presidente. Obtuvo su bachillerato en Ciencias y Letras en el Instituto Nacional Central para Varones. Siendo estudiante, participó en el levantamiento contra Manuel Estrada Cabrera, organizó huelgas y manifestaciones.

En 1922, el joven Miguel Ángel Asturias estaba construyendo su criterio social y político, muy ligado a la justicia social y la igualdad, entonces junto con otros compañeros, fundó la Universidad Popular, un proyecto comunitario que buscó contribuir al bienestar general, especialmente de los pobres, mediante la enseñanza de cursos gratuitos.  Simultáneamente, Miguel se involucró en el tema político como representante de la Asociación General de Estudiantes Universitarios, gracias a ello, viajó a El Salvador y Honduras.

Luego, obtuvo el título de abogado en la Universidad de San Carlos. Partió luego a Europa, en nuevas tierras conoció y vivenció grandes momentos de transformación llevados a cabo por múltiples movimientos. Entró a estudió lingüística y antropología maya en la Sorbona, bajo la tutela del americanista Georges Raynaud; realizó la traducción del Popol Vuh, junto con José María Hurtado de Mendoza. Regresó a Guatemala en 1933, donde fue profesor universitario, fundó el primer radio periódico del país, Diario del Aire

. En dicho período de carácter revolucionario descargó todo su pensamiento y de vez en cuando escribió admirables textos. Fue diputado del Congreso Nacional.

“Para un pueblo hambriento e inactivo, la única forma en la que Dios puede aparecer es en la de comida y trabajo”. Miguel Ángel Asturias

Miguel Ángel Asturias dedicó gran parte de su energía apoyando al gobierno de Juan Jacobo Árbenz, fue parte del grupo de militares que figuraron en la Revolución de 1944. El 27 de junio de 1954 fue tumbado por un golpe de Estado a cargo del Gobierno de Estados Unidos, con el amparo de la United Fruit Company, la CIA lo ejecutó mediante la operación PBSUCCESS, fue sustituido por el coronel Carlos Castillo Armas. Este hombre, ordenó la expulsión del país de Asturias por su apoyo gobierno derrocado.

Durante el tiempo de exilio en Buenos Aires y Chile. Decide moverse a Europa más tarde, estuvo exiliado en Génova, en ese lugar, se dedicó íntimamente a la escritura, su reputación como autor creció en el momento en que publicó la novela Mulata de tal en 1963. Luego le siguió, un importante libro titulado, Leyendas de Guatemala, que, aunque fue escrito en la década del 30, fue conocido en París, gracias a un prólogo de Paul Valéry. Esta obra es un conjunto de relatos entre lo mágico y lo legendario. Luego fue publicada junto a las novelas: El Señor Presidente (1946) y Hombres de maíz (1949)

.

El Señor Presidente, relata la vida en Guatemala durante la dictadura de Estrada Cabrera; el tema se desenvuelve con una técnica tendente al expresionismo y onirismo que refleja su influencia recogida de la literatura europea. En aquella novela se puede sentir el ambiente de miedo que él sintió en el momento. En otra instancia, en Hombres de maíz fiel exponente del realismo mágico que atraviesa toda su creación literaria. Representa, además, el desarrollo de la humanidad desde una sociedad primitiva, analfabeta hasta el mundo actual, liberal y capitalista.

En 1967, se ejecutó la traducción al inglés de Mulata, publicada en Boston. Esta novela le mereció el Premio Nobel de Literatura, por mostrar por medio de la literatura los rasgos nacionales y las culturas de los pueblos indígenas de América Latina. Se debe mencionar el profundo influjo que ejercieron en él tanto la cultura maya como la vida europea. Lo maya se reflejó en sus relatos a través del pensamiento mágico. Por otro lado, el influjo del surrealismo se debió a la amistad con Paul Éluard y con el Ulises de James Joyce. Miguel Ángel Asturias se considera el padre del «Boom» hispanoamericano por la innovación de las estructuras y recursos formales propios de la narrativa del siglo XX.

Su obra se implanta en la vanguardia literaria y abarca géneros varios, algunas de temas íntimos; otras vinculadas a temas folclóricos, políticos, mágicos, barrocas y de sorprendente fuerza imaginativa. Como narrador, Asturias alcanzó su máximo prestigio. Sus novelas y cuentos, tales como: Clarivigilia primaveral, El espejo de Lida Sal, Maladrón (Epopeya de los Andes verdes), Comiendo en Hungría, Tres de cuatro soles, Torotumbo; La audiencia de los confines; Mensajes indios, América, fábula de fábulas, viernes de dolores, entre otros. Revelan una apasionada y subjetiva captación de la realidad.

También desarrolló una no muy reconocida labor en dramaturgia, vale mencionar, trabajos como: Soluna (1955), Chantaje (1964) y Dique seco (1964). En el ámbito poético, más destacado, mencionaremos: Anoche, 10 de marzo de 1543 (1943), Ejercicios poéticos en forma de soneto sobre temas de Horacio (1951), Bolívar, Canto al libertador (1955), Nombre custodio e imagen pasajera (1959) y Clarivigilia primaveral (1965). En el género del cuento escribió además Week-end en Guatemala, (1955), Tres de cuatro soles (1971). Ahora bien, se subraya su trilogía sobre la explotación bananera llevada a cabo por la United Fruit: Viento fuerte (1950), El Papa verde (1954) y Los ojos de los enterrados (1960).

En 1966 se le otorgó el Premio Lenin de la Paz. Su vida llegó a su fin en Madrid, mientras estaba en compañía de su segunda esposa, Blanca Mora y Araujo, el 9 de junio de 1974, sus restos reposan en el cementerio de Pere Lachaise, en París.