María I Estuardo (8 de diciembre de 1542- 8 de febrero de 1587) Reina de Escocia. Nació en el Palacio de Linlithgow, Escocia. Al año siguiente de su nacimiento fue coronada, junto con James Hamilton II, conde de Arran, en la capilla real del castillo de Stirling como reina de Escocia. Su padre era el rey Jacobo V de Escocia y su madre, la francesa María de Guisa. Pero el rey sufrió una gran desilusión cuando se enteró que su esposa daría a luz a una mujer y no a un varón. Días después de su nacimiento, Jacobo V de Escocia murió.
Con el tratado de Greenwich, la joven reina había sido prometida en matrimonio al hijo de Enrique VIII de Inglaterra y su tercera esposa Jane Seymour. El matrimonio era realmente una alianza y un acuerdo que las dos casas reales aceptaron con la finalidad de que los hijos de María y Eduardo heredarían Escocia e Inglaterra conjuntamente. Pero, antes de la coronación de María, su madre ya había roto su primer compromiso matrimonial. Pero, la situación se tornó compleja: Enrique VIII era un fiel creyente que podía unir los dos reinos y empezó una serie de incursiones en territorio escocés que dejaron tras de sí destrucción y desolación.
La madre de Maria I Estuardo pidió ayuda al rey francés Enrique II para salvaguardar la vida de su hija que eran buscada por los ejércitos ingleses. Finalmente, el verano de 1548, María arribó a tierras francesas. Poco antes su madre en acuerdo con los representantes del rey Enrique II firmaron un acuerdo matrimonial para casar a María con el delfín Francisco. María, tuvo que estar casi recluida en la corte francesa desde los cinco años hasta los quince años; alejada de su tierra. A su madre no la volvió a ver. En 1558 María Estuardo se casó con Francisco. Un año después, se celebró la paz de Cateau-Cambresis entre Francia y España, Enrique II murió en una batalla, así que, María y Francisco pasaron a ser los reyes de Francia.
En 1560 murió su esposo y también su madre. Su título de reina de Francia fue arrebatado. A la edad de 18 años volvió a su tierra natal. Seguía siendo reina legítima de Escocia, pero se encontró con un país lleno de turbulencias sociales, políticas y culturales. Para ese momento era notable la división religiosa entre católicos y protestantes, cuestión que se había convertido en la bandera de las causas políticas de Escocia e Inglaterra. En Inglaterra, Isabel I era reina luego de la muerte de su medio hermano el rey Eduardo. Isabel, hija de Ana Bolena: la segunda mujer de Enrique VIII, defendía a ultranza la causa protestante, pues así pudo legitimar su nacimiento y por tanto sus derechos dinásticos.
Pero el bando católico veía en María de Escocia, una alternativa para derrocar a Isabel ya que María de Escocia tenía derechos dinásticos al trono inglés. Del mismo modo en Escocia, Jacobo Estuardo I, hermano ilegítimo de María, abanderaba la causa protestante. Realmente, ante esta situación la actitud de María era sumisa y flexible, la verdad nunca estuvo a favor tajante de ningún bando, aunque defendió la causa católica también toleró la fe protestante. Por el contrario, Isabel I fue radical y obstinada. Los dos matrimonios de María que pretendían ser una solución a los problemas políticos terminaron extendiéndolos.
El segundo marido de María fue su primo hermano Enrique Estuardo, duque de Albany y conocido como Lord Darnley. Este hombre fue un gran líder de la causa católica, por lo que su unión propició que sus enemigos protestantes emprendieran un levantamiento armado. Pero, luego de un tiempo Enrique exigió a la corona más poder y exigió el título de rey. Por lo anterior, fue asesinado, al poco tiempo nació su único hijo: Jacobo. El siguiente esposo de María de Escocia: Jacobo Hepburn, IV conde de Bothwell.
Esta unión no fue bien vista por la nobleza escocesa que decidió darle la espalda, y tras varios levantamientos armados ingleses, María fue encarcelada. En 1567, incapaz de reunir a su alrededor a un número suficiente de seguidores, María tuvo que abdicar en favor de su pequeño hijo Jacobo.
María intentó huir y reorganizar un ejército de seguidores, pero no tuvo mucho éxito. Tras la derrota de su ejército en Langside, decidió huir a Inglaterra, donde sería capturada por los hombres de su enemiga Isabel I. Desde ese momento tuvo que soportar los peores momentos, se inició un juicio en su contra que inició Isabel tuvo como pretexto el asesinato de su segundo marido, el noble inglés, Lord Darnley. La intención era que María estuviera el mayor tiempo lejos de su país. Con la intención de que, en Escocia, el hermano ilegítimo de María gobernara en nombre de su pequeño sobrino.
Fueron 18 años en lo que María estuvo cautiva. Finalmente, Isabel ordenó su ejecución. Se dice que Isabel ocupó el trono de una Inglaterra reconvertida al catolicismo. Condenada por traición, María fue decapitada el 8 de febrero de 1587 este momento ha pasado a la historia por su patetismo. Según la historia se dice que el verdugo tuvo que dar tres golpes para separar la cabeza de su cuerpo. Lamentablemente María I Estuardo fue víctima de sus enemigos ingleses y de la traición de sus propios nobles. María fue enterrada en la catedral de Peterborough luego sus restos fueron trasladados a la abadía de Westminster, a pocos metros de la sepultura de Isabel por orden del rey Jacobo I, hijo de María, quien fue herederos de las coronas de Escocia e Inglaterra.