Lautaro nació alrededor del 1534, en un lugar desconocido por los historiadores, y murió en el 1557 en Peteroa, lugar donde actualmente está ubicada la comuna de Sagrada Familia, en la provincia chilena de Curicó, en la región del Maule. Fue un importante militar indígena de la comunidad mapuche, reconocido por haber participado en numerosas batallas dentro del marco de la Guerra de Arauco, durante la conquista española en el territorio que hoy conocemos como Chile.
Sobre el lugar de su nacimiento, se cree que nació alrededor del río Andalién, probablemente en Tirúa o Concepción; aunque se sostiene que el sitio más probable estaría en Trehuaco, cerca de la provincia de Concepción, ya que era el sitio donde habitaba su padre, el lonco Curiñancu. Precisamente, esta teoría se sustenta porque cuando Lautaro tuvo cerca de los 11 años de edad, los españoles llegaron a Concepción y lo apresaron, mientras a su madre y a su padre les cortaron los dedos los pies, al igual que a todos los guerreros bajos las órdenes de este último para que no lo siguieran. Por su parte, Lautaro fue convertido por los conquistadores en yanacona (sirviente de origen indígena), por lo que se le cambió su nombre mapuche, Leftraru, por Felipe Lautaro, y este llegó incluso a ser parte de la servidumbre de Pedro de Valdivia, el hombre que había torturado a su gente. Como siervo de este, en calidad de paje, Lautaro debía cuidar de los caballos españoles y acompañar a Valdivia en sus prácticas militares y en las batallas que sostenía contra otros pueblos. De todo esto, aprendió las estrategias del ejército español, a controlar las armas de fuego gracias a Marcos Veas, y a cómo domar los caballos que el hombre blanco traía. Más tarde, Lautaro incrementó su odio hacia Valdivia y sus compañeros al presenciar la batalla de Andalién, ocurrida el 22 de febrero de 1550, y la de Penco, ocurrida el 12 de marzo del mismo año, y ver cómo estos mutilaron a los vencidos y luego los dejaron ir para que sirvieran de escarnio a las demás comunidades indígenas. Con todo el conocimiento y toda la furia que contenía Lautaro, este escapó a caballo del dominio español en 1552, perdiéndose entre la selva cuando Valdivia y sus hombres se trasladaban de Concepción a Santiago.
Los españoles no persiguieron a Lautaro, pues la huida de los pajes era algo que ocurría con frecuencia. Por su parte, Lautaro llegó ante sus iguales a caballo, y luego de compartirles sus conocimientos bélicos y la forma en que se podía domar el caballo y cómo este podía ser usado para la guerra, Lautaro fue nombrado Toqui por votación de los loncos, título que lo convirtió en líder de las fuerzas mapuches. De esta forma, creó toda una estructura de inteligencia con mujeres, adolescentes y niños que llegaban a los españoles como subversivos e ignorantes del idioma español para poder obtener la mayor información de los conquistadores, así como difundir información falsa sobre los establecimientos y los futuros ataques mapuches.
Gracias a esto, Lautaro pudo consolidar su venganza en la Batalla de Tucapel, donde, tras hostigar un fuerte en el que le había preparado una emboscada a Valdivia, al fin lo capturó. Sobre lo que pasó con el conquistador se tienen varias versiones, algunas de las cuales sostienen que Valdivia fue juzgado por el consejo de los Loncos y fue asesinado de un golpe en la nuca con un mazo, mientras que otras sostienen que fue torturado durante tres días antes de sacarle el corazón en vida. Lo cierto es que su cráneo fue exhibido durante cincuenta años como un trofeo del triunfo mapuche sobre el hombre europeo. Para 1554, sin V aldivia en el frente, Lautaro y sus guerreros se tomaron y destruyeron la ciudad de Concepción, aunque dejando huir a sus pobladores a Santiago, la cual fue rápidamente sobrepoblada. Debido a esto, al año siguiente, apareció una nueva escuadra con intención de reconstruir Concepción, pero esta fue igualmente derrotada. Sin embargo, luego de ambas batallas, el ejército de Lautaro comenzó a flaquear producto de las enfermedades extranjeras y la falta de alimento. Pese a esto, los dos años siguientes Lautaro avanzó rumbo a Santiago, derrotando a las fuerzas de Francisco de Villagra pero dejándole escapar. No obstante, la soberbia lo consumió y empezó a maltratar a las otras comunidades, ganando varias enemistades, y a menospreciar a sus aliados, por lo que el cacique Chillicán lo abandonó, llevando a sus hombres. Por esta razón, Lautaro se abstuvo de atacar Santiago y se quedó en Malaquito.
En 1557, Francisco de Villagra conoció la ubicación de Lautaro, por lo que atacó el fuerte mapuche en la madrugada del 30 de abril con al menos 400 yanaconas, 57 jinetes y 5 arcabuceros. Pese a ser más de 800 los hombres de Lautaro, estos fueron tomados por sorpresa y lentamente fueron superados, siendo Lautaro atravesado por una lanza, lo que le provocó la muerte.