Realeza

Juan I de Inglaterra

Biografía de Juan I de Inglaterra

Juan I de Inglaterra, también conocido como Juan sin Tierra ( c. 1166 -1216) fue un rey de Inglaterra, miembro de la dinastía Plantagenet. Dejado sin territorios a la muerte de su padre, el rey Enrique II,  Juan consiguió rápidamente un importante patrimonio. En 1176 se casó con la hija del conde de Gloucester, tras lo cual en 1185 fue nombrado gobernador de Irlanda. Durante el reinado de su hermano Ricardo, demostró tener grandes ansias de poder. Conspiró cuantas veces pudo y muerto Ricardo, en 1199, se auto-proclamo rey de Inglaterra. En guerra con Francia perdió Bretaña, Anjou, Normandía y Turena.  Se enemistó con el papa Inocencio III hasta que cansados de sus guerra sus súbditos se revelaron contra su mandato.

Juan I de Inglaterra

Hijo menor del rey Enrique II de Inglaterra y de Leonor de Aquitania, su padre lo dejó sin tierras en el reparto de la herencia (de ahí el sobrenombre de Juan sin Tierra). No obstante, pronto se hizo con un importante patrimonio. Después de contraer matrimonio con la hija del conde de Gloucester, se convirtió en un importante señor de vasallos y en 1185 fue nombrado gobernador de Irlanda. Desde Irlanda en 1188 colaboró con su hermano mayor Ricardo

en el destronamiento Enrique, su padre, quien murió de pena al enterarse que Juan también hacia parte de los conjurados. Cuando Ricardo accedió al trono en 1189, Juan recibió en recompensa numerosos territorios.

Durante el reinado de su hermano  demostró una gran ambición de poder. Cuando su hermano marchó para unirse a la Tercera Cruzada, Juan aprovechó la ausencia para intentar hacerse con el poder, sin embargo se estrello contra una fuerte resistencia. Enterado de las conspiraciones Ricardo, se apresuro a regresar, a pesar de haber sido herido durante la contienda. Ricardo, que murió en 1199 victima estas heridas, perdonó Juan en su lecho de muerte.

Rey de Inglaterra

Tras la muerte Ricardo, Juan se proclamó rey de Inglaterra enfrentando la oposición de sobrino Arturo de Bretaña, cuyos derechos dinásticos apoyaba el rey francés Felipe Augusto de Francia. Después de varias contiendas, Juan consiguió derrotar a Arturo y le hizo ejecutar en 1203.  Por ello, Felipe Augusto lo citó ante el Tribunal de los Pares de Francia, tras la no asistencia de  Juan, Felipe ordenó que se le desposeyera de todos sus bienes franceses. Perdió Bretaña, Anjou, Normandía y Turena;

 sin embargo gracias a los desordenes que sacudían la zona, consiguió luego conquistar Aquitania y  gran parte de Poitou (1206).

Juan sostuvo una guerra casi ininterrumpida con Francia. A partir de 1208, tuvo serios problemas con el papa Inocencio III por su negativa al nombramiento de Stephen Langton como arzobispo de Canterbury. Inocencio procedió entonces a lanzar una interdicción sobre Inglaterra, a la que siguió en su excomunión en 1209.

Últimos años

Finalmente,  fueron sus propios súbditos los que cansados de las guerras continuas y  altos impuestos se rebelaron en una acción combinada, de barones, obispos y burgueses. Tras la revuelta fue obligado a aceptar la Carta Magna (1215),  primer compromiso escrito de un monarca inglés que obligaba al rey a respetar una serie de derechos y libertades para con su pueblo. Este texto de carácter feudal, sentó un precedente al instaurar una asamblea nobiliaria con la potestad para aprobar o no los nuevos impuestos; también prohibía la detención, privación o destierro de cualquier súbdito sin el dictamen previo de sus iguales en estado. La carta supuso pues importante recorte a los privilegios regios.

Más tarde, Juan intentó incumplir la promesa, provocando una nueva insurrección durante la cual falleció. Le sucedió en el trono su hijo, Enrique III, quien encontró un país desolado por los continuos conflictos y la guerra civil.