José Ingenieros (24 de abril de 1877 – 31 de octubre de 1925) médico, psicólogo, criminólogo, farmacéutico, sociólogo y filósofo. Nació en Palermo, Argentina. Su padre era Salvatore Ingegnieri y su madre Mariana Tagliavia. Desde niño fue muy habilidosa para la escritura y los números. Sus padres le brindaron una educación de calidad a pesar de las dificultades económicas. En los primeros años de vida estudió en el Instituto Nacional. Cuando fue creciendo comenzó a asumir ciertas responsabilidades; trabajó corrigiendo pruebas de imprenta, ya que su padre era periodista, se encargaba de las traducciones de italiano, francés e inglés.
Posteriormente estudió en el Colegio Nacional Buenos Aires, bajo la dirección de Amancio Alcorta. En 1892 culminó con satisfacción sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Buenos Aires. Y decidió fundar el periódico La Reforma. Al siguiente año ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, en la cual obtuvo dos títulos primero de farmacéutico y en 1900 de médico con su tesis Simulación en la lucha por la vida. A pesar de ser médico continuaba ejercitando su habilidad literaria, incluso tenía cierto reconocimiento en el círculo de literatos.
Una de las cuestiones particulares de Ingenieros, fue su gusto por el estudio del ocultismo, los fenómenos parapsicológicos y la teosofía. Desde 1897 dirigió el diario La Montaña periódico de carácter socialista revolucionario, como colaborador se encontraba Leopoldo Lugones, el primer artículo del periódico tocó el tema de la defensa de la teosofía y el ocultismo y del papel que estos tendrían en el futuro, principalmente en el campo de la investigación científica. Sus artículos polémicos y controversiales fueron muy admirados por la revista teosófica Philadelphia, que en varias ocasiones compró sus artículos.
Ingenieros mostraba un rechazo por las posturas científicas oficiales, catalogándolas como dogmáticas, y siempre afirmaba que era conveniente abrir el campo en la investigación psicológica. Escribió una obra llamada Simulación de la locura que fue premiada en el año 1903 por la Academia Nacional de Medicina. Luego, lo nombraron jefe de la Clínica de Enfermedades Nerviosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, los éxitos iban creciendo: en 1904 dirigió la cátedra de Psicología Experimental en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Ingenieros se convirtió en un importante miembro de la Cátedra de Neurología dirigida por José María Ramos Mejía, simultáneamente fue director del Servicio de Observación de Alienados de la Policía de la Capital. Con sus importantes conocimientos en psiquiatría y criminología logró manejar los archivos de Psiquiatría y Criminología y se hizo cargo del Instituto de Criminología de la Penitenciaría Nacional de Buenos Aires. Ingenieros era un medico aclamado, por ello era invitado constantemente a los centros académicos de Europa para dar conferencias.
En 1908 Fundó la Sociedad de Psicología. Con la intención de ampliar sus estudios se trasladó a París para estudiar en la universidad del mismo nombre. Luego de varios años de noviazgo con Eva Rutenberg decidieron casarse en 1914, de la unión nacieron cuatro hijos que vio morir durante su vida. Ingenieros es autor de ensayos sociológicos como El hombre mediocre, Al margen de la ciencia, Hacia una moral sin dogmas, Las fuerzas morales, y Evolución de las ideas argentina.
Cuando fue vicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras recibió un gran apoyo del movimiento estudiantil. Tiempo después decidió iniciar activamente su papel político dejando todos los cargos docentes, se mostró en favor del grupo progresista Claridad, de tendencia comunista. En 1922 propuso la formación de la Unión Panamericana, un organismo de lucha que difundió continentalmente las ideas antimperialistas. Además fue el responsable del mensuario Renovación en contra del imperialismo, firmando con diferentes seudónimos.
Al paso del tiempo llegó a ser abiertamente un simpatizante del anarquismo, y esto se refleja en varias de sus obras literarias. Esto se debió en parte a la influencia de criminólogo italiano Pietro Gori. Ingenieros ha sido considerado uno de los mejores representantes del pensamiento positivista de cortes cientificista influido por Spencer o Comte. Por otro lado, son de gran importancia sus aportes al socialismo y a la psicología, al ocultismo y teosofía
Existieron dos obras que marcaron su vida, y que lo motivaron a inclinarse por la patología mental: El elogio de la locura, de Erasmo, y el Quijote de Cervantes. Además su profesor José María Ramos Mejía, autor de Las neurosis de los hombres célebres y de La locura en la historia, motivaron este gusto en Ingenieros. Realmente fue un hombre lleno de éxito debido a su gran capacidad intelectual.
Ingenieros decidió volver a Buenos Aires con su esposa en 1914. Uno de los acontecimientos más dolorosos que tuvo que afrontar, además de la muerte de sus hijos, fue el descenso de Sáenz Peña, el hombre que lo había inspirado para escribir su último libro. Tiempo después, Ingenieros decidió pasar los últimos años junto a su esposa. Finalmente su vida terminó el 31 de octubre de 1925, a la temprana edad de 48 años, debido a una meningitis que se complicó rápidamente.