Políticos
José Canalejas
Biografía de José Canalejas
José Canalejas (31 de julio de 1854 – 12 de noviembre de 1912) político y abogado. Nació en Ferrol, Cataluña, España. Su padre (José Canalejas y Casas) fue ingeniero de ferrocarriles y director del periódico El Eco Ferrolano. Su madre fue María del Amparo Méndez Romero. Desde su infancia se caracterizó por ser un muy inteligente. Aprendió el francés con gran soltura.
Publicó una pequeña obra llamada Luis o el joven emigrado. A la edad de once años usaba el sobrenombre El cantor de Mugardos, con este firmó sus trabajos como corresponsal político de prensa. Se trasladó con su familia a Madrid, y en octubre de 1867 ingresó al Instituto de San Isidro. Posteriormente, decidió estudiar leyes y filosofía en la Universidad Central de Madrid. En 1873 era auxiliar de cátedra, pero abandonó la enseñanza. Luego, ingresó en la compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Ciudad Real y a Badajoz, donde como abogado de la compañía participó en pleitos con otras empresas ferroviarias españolas.
En cuanto a la política, podemos afirmar que comenzó su carrera diplomática en el Partido Demócrata Progresista, al producirse la Restauración borbónica se incorporó al Partido Liberal de Sagasta. En un principio empezó siendo diputado, luego fue subsecretario de la Presidencia (1883), y de este modo, comenzó a obtener mejores cargos como el de ministro de Fomento, de Hacienda (1894-95) y de Agricultura, Industria y Comercio (1902); su labor en este fue importante porque impulsó la creación del Instituto del Trabajo.
Canalejas se opuso a las ideas izquierdista que defendía ideas democráticas y anticlericales. Lo anterior, lo expresó categóricamente luego de la Guerra de Cuba (1895-98), Cuba logró poner fin al dominio colonial español en las Antillas. Canalejas empezó sus ataques contra el líder y fundador del partido, cabeza de una corriente de carácter izquierdo.
En 1910 abolió la Contribución de Consumos, instituyó el servicio militar obligatorio y coartó la instalación de órdenes religiosas (conocida como la Ley del candado). La sociedad interpretaba que su ascenso al poder representaría otra oportunidad de afrontar la “revolución desde arriba” comandada por la corriente liberal, una labor ardua por los viejos problemas derivados del anticlericalismo, de la ineficacia administrativa, del regionalismo, de la incapacidad militar, de la lucha obrera y del conflicto marroquí.
Canalejas consiguió imponer su autoridad, y se dispuso a abordar los temas pendientes. Lo primero que hizo fue manifestar a la Santa Sede su idea de reducir por distintos ordenamientos el número de instituciones religiosas en el país español. Pero su encontró fuerte oposición tanto en círculos vaticanos como entre los clericales españoles, que llevaron a cabo una intensa campaña contra la política gubernamental en el verano de 1910. Ley del candado, prohibió durante dos años la instalación de nuevas órdenes y congregaciones religiosas si no contaban con autorización.
En cuanto a la política social: rechazó el impuesto de consumos y la nueva Ley de Reclutamiento Militar, que intentaba poner límites al sistema de redenciones a metálico, vinculaban estrechamente con el sentir popular. No obstante, las tensiones socio-laborales presentaron un recrudecimiento, principalmente en Asturias, Barcelona, Madrid, Valencia y Vizcaya. En materia de orden público, hubo de emplear la fuerza para reprimir el intento de sublevación republicana de 1911 y la huelga ferroviaria del año siguiente. Las reformas políticas que habían de transformar el régimen liberal que terminarían con el caciquismo y el fraude electoral nunca llegaron para asegurar una verdadera democracia.
Pretendió llevar a cabo algunas reformas como la prohibición del trabajo nocturno para el sector femenino y la limitación del horario laboral en las minas a nueve horas diarias en el sector textil, incluyendo el descanso los días domingos. Este proyecto no tuvo éxito, lo mismo le sucedió cuando trató de aplicar, un proyecto de expropiación de tierras cultivadas, fue bloqueado.
Canalejas demostró su regionalismo abordando reformas para la administración catalana, pero apenas si pudo avanzar haciendo frente a las maniobras dilatorias de sus colegas. En política exterior, con el rey Alfonso XIII en 1911 visitó Marruecos y ordenó la ocupación de Larache, Arcila y Alcazarquivir como respuesta a la ocupación francesa de Fez; las negociaciones que inició con los franceses conducirían, en el futuro, garantizaron el establecimiento de un protectorado conjunto en Marruecos.
Canalejas fue asesinado por un anarquista en las afueras de una librería en la Puerta del Sol. Su asesinato fue el 12 de noviembre de 1912, desde ese momento se desató una larga pugna por el liderazgo del Partido Liberal. Su cuerpo se derrumbaba junto a sus obras de reformas, a su visión regeneracionista, truncando definitivamente el objetivo de reconducir la nave de la Restauración.