Honoré Daumier nació en Marsella, Francia, el 26 de febrero de 1808 y murió en Valmondois el 10 de febrero de 1879. Fue un destacado caricaturista, pintor, ilustrador, grabador, dibujante y escultor francés. Su estilo se destacaba principalmente por el retrato de costumbres enmarcado en la crítica social, en que los rostros cargaban mucha expresividad.
Honoré creció bajo el seno de una familia sostenida por su padre, Jean-Baptiste Daumier, un vidriero ambulante que amaba la poesía y gustaba de intentar componer sus propios versos. Para el año de 1814, cuando Honoré apenas tenía siete años, los Daumier se trasladan a París. Los motivos de este viaje tendrían que ver con la atención que llamaron los poemas publicados por el padre y su nuevo cargo de copista en un tribunal.
Lamentablemente, Jean-Bapstiste Daumier perdió su cargo y sus escritos no tuvieron mucha repercusión. Hecho que provocó que Honoré Daumier trabajara pese a ser menor de edad, realizando diferentes trabajos como portero de un tribunal de justicia, aprendiz en una librería y mozo de recados, para ganarse la vida, mientras en sus ratos libres se dedicaba al aprendizaje de la pintura y el dibujo.
En el museo de Louvre al que iba a dibujar, Honoré se interesó por las pinturas de Rubens, Rembrandt, Fragonard y especialmente de Goya. Sus inicios en el arte se dieron con trabajos de xilografía
A partir del año de 1830, la litografía jugaba un papel importante para el desarrollo de la caricatura, lo que potenció la sátira en los medios de comunicación. En este mismo año, Honoré Daumier sería contratado por la revista La caricature, en donde tomó fama por sus dibujos cargados de crítica social. Una de sus creaciones que le llevó a estar preso en 1832, fue un dibujo del rey Luis Felipe I de Orleans como Gangantúa, un gigante glotón de la obra de Francois Rabelais.
En 1834 se decreta la prohibición de cualquier manifestación de sindicalismo, y para 1835 se instaura la censura en Francia. Daumier evitó en estos años realizar caricaturas de crítica directa, optando por dedicarse a ridiculizar las costumbres y normas sociales de la época. Tras la Revolución Francesa de 1848, se abolen las leyes de represión y censura, dejando nuevamente libre a la sátira. Sin embargo, para esta época Honoré fijó más su atención en la pintura, tomando un estilo muy influenciado de aquellas obras que vio de niño en el museo de Louvre.
Durante los años entre 1841 y 1843, la revista Le Charivari publicó un conjunto de 50 litografías de Honoré Daumier bajo el título de Histoire ancienne. Las imágenes en el libro actualizaban temas clásicos como el enfrentamiento entre la tradición y lo moderno, además describe a los personajes de la época mediante connotaciones obscenas y provocaciones políticas. A medida que Honoré iba perdiendo la vista, dejaba la litografía para dedicarse más a la pintura, ejecutando en ella un trazo directo y poco retocado.
En algún momento entre los años 1858 a 1860, fue despedido de la revista Le Charivari, pues en ese momento el director de esta consideraba sus dibujos muy subversivos. Al morir el director en 1863, es reintegrado nuevamente a la revista, para quienes publicó su última caricatura en 1872. La fama de caricaturista eclipsó sus pinturas, las cuales eran muy poco conocidas para el público, pese a ser expuestas en galerías de arte.
Charles Baudelaire sería uno de los pocos que se percataría del talento que poseía Honoré Daumier, expresando que sólo existían dos personas a la par con Delacroix: una de ellas era Ingres, la otra Daumier, catalogándolo como uno de los hombres más importantes para el arte moderno.
Su estilo para este momento ya había madurado: usaba esculturas, bustos de yeso o bronce para usar de modelos; plasma de manera magistral lo patético con masas oscuras acompañadas de contraste entre los colores fríos y cálidos, además del buen manejo del claroscuro. Características que influyeron en el desarrollo del expresionismo en el arte. Entre sus pinturas más representativas se encuentran: El molinero, su hijo y el burro
Hacia el año de 1865, Honoré Daumier sufre dificultades financieras, hecho que no pasa desapercibido por sus amigos Geoffroy Dechaume y Camille Corot, quienes lo convencen de aceptar el obsequio de una vivienda en Valmondois que había adquirido recientemente Corot. El gesto le brindó a Honoré unos cuantos años de reposo y tranquilidad. En el año de 1879 muere y un año después sus restos son exhumados para el trasladado al cementerio de Père-Lachaise, donde sería enterrado al lado de su amigo Corot.