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Historia

Historia del Virreinato de Nueva España

Historia del Virreinato de Nueva España
Dorieo / CC BY-SA

Virreinato de Nueva España

El Virreinato de Nueva España fue una de las cuatro entidades virreinales que conformaban la colonia americana del imperio español. Surgió con la caída del Imperio Mexica en 1521 y ocupó en su máxima extensión toda América Central, las Antillas, Filipinas y el centro y sur de los Estados Unidos. Cayó con el inicio de los movimientos independentistas en 1820 y su economía se basó en la explotación minera por parte de la reducida población nativa. Con el virreinato nace la colonia, época que estaría marcada por la evangelización, la imposición de una nueva cultura (europeización) y el mestizaje.

Cae el imperio y nace el virreinato

Una vez destruido el Imperio Azteca (o mexica) y sometidos los nativos, los conquistadores españoles se dieron a la tarea de derribar la antigua capital indígena, Tenochtitlán, para fundar una nueva ciudad de aspecto europeo, Ciudad México, más tarde convertida en la capital del Virreinato de Nueva España. Con la fundación de la ciudad comienza la Colonia, periodo histórico que abarcaría los siglos XVI, XVII y XVIII, encontrando su fin con las independencias hacia el 1820.

Durante la construcción de la nueva ciudad, España haría énfasis especial en la europeización de los territorios conquistados, introduciendo instituciones políticas como los ayuntamientos, capitanías e iglesias y sistemas de trabajo como la encomienda, todo con el objetivo de afianzar su dominio en el territorio.

Una vez derribados los últimos vestigios del antiguo gobierno indígena, se constituiría la nueva figura territorial, el Virreinato de Nueva España, oficialmente fundado el 8 de marzo de 1535 con Antonio de Mendoza como su primer virrey. En el transcurso de los siguientes años el virreinato iría extendiéndose con la adhesión de las nuevas conquistas, todas estas registradas entre la primera mitad del siglo XVI y la segunda mitad del siglo XVIII.

Reinos, capitanías y virreyes

Virreinato de Nueva España Créditos: Milenioscuro / CC BY-SA

El virreinato en su máxima extensión ocupaba toda América Central, la zona insular de las Antillas, el centro y sur de Estados Unidos y las Filipinas. Estuvo divido en reinos y capitanías y era conformado por: el Reino de Nueva Galicia; Nueva Vizcaya; Nuevo Reino de León; Santa Fe de Nuevo México; Nueva Extremadura; Nuevo Santander y las capitanías de Guatemala, Santo Domingo, Yucatán, Filipinas, Puerto Rico y Cuba.

Nueva España tuvo un gran número de dirigentes, todos organizados según la división del territorio (presidentes, capitanes, gobernadores…), y un total de 62 virreyes. De estos cabe mencionar a Luis de Velasco (1568- 1580), el sucesor de Mendoza; Vicente Güemes Pacheco (1789-1794), el único virrey nacido en América; y Juan O’Donojú (1821), el ultimo virrey de Nueva España.

Otros virreyes fueron: Luis de Velasco II (1590-95), Juan de Mendoza y Luna (1603-07), Diego Fernández (1612-22), Juan de Palafox y Mendoza (1642-42), Juan Leiva de la Cerda (1660-64), Juan Ortega (1696-97 y 1701-02), Agustín Ahumada y Villalón (1755-60), Félix Berenguer (1800-03) y Félix María Calleja (1813-16).

Impacto demográfico y el fenómeno del mestizaje

El impacto demográfico producido por la conquista y el inicio de la colonia fue enorme. Un alto porcentaje de la población nativa murió a causa de las enfermedades traídas por los españoles como la viruela y la tuberculosis; otros fallecieron victimas de los sistemas de trabajo forzado (encomiendas, mita, esclavitud). El retroceso demográfico que inicio con la conquista se agudizo con la instalación de los primeros asentamientos españoles y el contacto con los esclavos traídos de África.

Como resultado de la mezcla entre españoles, nativos y esclavos africanos aparecerían los mestizos, raza que predominaría en Latinoamérica a partir de entonces. Con estos llegarían también la racialización del trabajo y la imposición de cierto modelo jerárquico con los españoles a la cabeza, los criollos (mestizos) en segundo lugar y los nativos y esclavos en ultimo orden.

Economía y explotación

En materia económica, en el virreinato tuvo especial importancia la explotación minera y el comercio agrícola. Con una mano obra aborigen y esclava, los españoles se dedicaron casi por completo a la explotación de los metales preciosos: oro, plata, cobre y hierro. Nacieron entonces las ciudades mineras y en torno a estas nuevas explotaciones agrícolas (fuentes de abastecimiento). Todo esto produjo importante impulso económico que se vio afectado por las medias proteccionistas de la corona.

Entonces estaba prohibido el comercio directo con otras zonas del imperio. Las medidas proteccionistas no hicieron mas que fomentar las actividades comerciales ilícitas, como la piratería y el contrabando, impulsadas por los locales y las potencias extranjeras en busca de nuevos mercados. Impuestos como el quinto real y sistemas como la encomienda y la mita eran aplicados a los aborígenes.

Con el tiempo estas medidas coercitivas crearon tensiones, no solo entre los nativos sino también entre los religiosos,a cargo de la evangelización, y los colonos. Y es que fueron los religiosos los que terminaron impulsando el fin de la explotación indígena y la mejora en sus condiciones, aunque no fue tan sencillo, ni se aplicó uniformemente en todas las zonas.  La encomienda estuvo prohibida a partir de 1542, sin embargo, fue abolida hasta el siglo XVIII.

Cabe mencionarse que los colonos veían a los indígenas como una propiedad más de la que sacaban grandes beneficios, por lo que el cambio no les gusto mucho.

Las principales minas eran la de Zacatecas, Fresnillo, Pachuca y Guanajuato y la regulación del comercio estaba en manos de la Casa de Contratación con sede en Sevilla.

Las reformas borbónicas

Tras la extinción de la casa de los Habsburgo y la llegada al poder de los Borbones a comienzos del siglo XVIII, surgirían una serie de reformas de carácter ilustrado orientadas a la modernización de las colonias americanas.  Dichas reformas comenzaron a aplicarse en Nueva España -no sin críticas – a partir de mediados de siglo. Con las reformas se minaba el poder de la Iglesia en la colonia, se ordenaba la expulsión de los jesuitas y la desamortización de los bienes eclesiásticos.

En el terreno administrativo eran suprimidos los reinos y comandancias, nacían las intendencias y se centralizaba el poder. Otro cambio de gran importancia fue la creación de un ejercito propio para la colonia. En materia económica las reformas rompían con los grandes monopolios liberalizándolo todo. El objetivo era aumentar la recaudación proveniente de los virreinatos. Con respecto a la espina dorsal de la economía de Nueva España, la minería, se crearían nuevas escuelas para el entrenamiento, mientras que la carga fiscal seria menor y el financiamiento aumentaría.

España y el fin del virreinato

Desde principios del siglo XIX, el virreinato cayó en una profunda crisis, agravada por la situación que atravesaba España para ese momento. Capturado Fernando VII por Napoleón Bonaparte desde 1808, en 1812 aparecería la constitución de Cádiz y con esta se abolirían todos los virreinatos, brevemente.  En 1813 regreso Fernando, se abolió la constitución de Cádiz y reestableció la monarquía, regresando con esto los virreinatos.  Sin embargo, el cambio duro poco, pues para esa época eran muchos los que apoyan el fin de la colonia.

Los primeros intentos independentistas surgirían en 1810 y ya en 1821 se proclama la independencia. Finalizaba el virreinato y nacía el Imperio Mexicano, regido por Agustín de Iturbide.

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