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Historia

Historia del Calendario Gregoriano

Historia del Calendario gregoriano

Historia del Calendario Gregoriano

El calendario gregoriano nació por la inconformidad del Papa Gregorio XIII en el año 1582, el calendario utilizado en Europa y sus colonias hasta ese momento era el calendario juliano, creado por Julio César y que comenzó a regir desde el Concilio de Nicea, en el año 325. El calendario juliano se basó en el movimiento del sol para medir el tiempo.

En el Concilio de Trento se había estipulado la necesidad de reajustar el calendario para eliminar el desfase producido en la celebración de algunas fiestas religiosas, entre ellas la Pascua. Lo que importante era la regularidad del calendario litúrgico. En este sentido, en el calendario juliano la pascua en un principio tuvo lugar el 21 de marzo, pero para el año 1582 la fecha se había corrido 10 días. La cuestión era que el día de Pascua no era regular, hasta el punto en que se estaba acercando a la celebración del final del año, el 25 de marzo, llamado Día de la Anunciación, en donde se celebraba la revelación dada a María, que daría a luz al Hijo de Dios.

Así que el Papa Gregorio XIII decidió realizar un cambio en el calendario con el fin de dotarlo de mayor precisión. Para ello contactó algunos astrónomos. Luego de un estudio e innumerables ensayos y cálculos, especialmente el ciclo metónico, se logró construir un calendario, este seguiría conservando los 365 días, pero le sería adicionado un día cada cuatro años, este día sería agregado al mes de febrero y el año fue catalogado: año bisiesto. Ahora bien, ningún año bisiesto podría terminar en “00”. Aunque si el año terminado en doble cero es divisible en 400 sería año bisiesto, ejemplo: el año 1600 y 2000.

Este calendario tenía todo fríamente calculado, con este calendario bautizado calendario Gregoriano en honor al Papa Gregoriano XIII que impulsó su creación, en el año bisiesto solo se requeriría agregar algunos segundos al reloj para que el calendario siga su curso relacionado con el año tropical. Ahora bien, el 24 de febrero de 1582 se estableció el calendario Gregoriano como el nuevo calendario oficial del mundo católico. Para que este cambio no fuera tan radical y afectará el buen funcionamiento del entrante, se tuvo que estipular que luego del 4 de octubre de 1582 seguiría el 15 de octubre de 1582. La consecuencia fue que los 10 días se perdieron.

Otro de los grandes cambios es que el año nuevo empezaría el primer día del mes de enero en vez del 25 de marzo, y la fecha de pascua cambiaría. La implementación del calendario no se hizo en todas las naciones el día acordado, solo cumplieron con el mandato: Italia, Luxemburgo, Portugal, España y Francia. El Papa envió un recordatorio a los demás países el 7 de noviembre para que realizaran el cambio en los calendarios, pero, muchos ignoraron el pedido.

Esporádicamente se fueron uniendo algunos países y colonias; el Virreinato de la Nueva España, y el Virreinato del Perú en 1583, la Alemania Católica Romana, Bélgica y los Países Bajos cambiaron a este nuevo calendario en 1584; Hungría en 1587; Dinamarca y la Alemania Protestante en 1704; el Reino Unido y sus colonias en 1752; Suecia en 1753; Japón en 1873; Egipto en 1875; Albania, Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania y Turquía cambiaron entre 1912 y 1917; la URSS en 1919; Grecia en 1928 y finalmente China cambió luego de la revolución de 1949.

Pero como vimos anteriormente, estos cambios en el calendario requirieron de décadas para ser cambiados. La cuestión era que la población de muchos países causó revueltas, creó polémicas y se negaron a este cambio alegando la pérdida de días en sus vidas. Pero no solo los ciudadanos se negaron a ello, en algunas ocasiones eran los gobernantes los que no querían realizar el cambio porque las leyes establecían que el estado no podía cobrar impuestos por aquellos días perdidos. Asimismo, los trabajadores tampoco podrían cobrar sus sueldos correspondientes a esos días.

Luego de un largo periodo de tiempo, casi todos los países del mundo lograron regirse por el mismo calendario, el calendario gregoriano. El último país en adherirse al cambio temporal fue Grecia que lo hizo en el año 1923. Esto al principio resulto caótico pero la diferencia de calendarios resolvió varios problemas en la medición del tiempo y en las celebraciones litúrgicas del mundo católico.

El empleo de múltiples calendarios diferentes quedó resuelto con la creación del calendario gregoriano. Aunque existen países que actualmente no se rigen por este popular calendario, ellos son: China, los miembros del islam, la zona del sur y sureste asiático que se rige por el calendario hindú y el pueblo judío que lleva su tiempo según el calendario hebreo. Los calendarios mencionados anteriormente son casi todos lunares o algunos combinan la observación lunar y solar como el caso del calendario hebreo.

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