Historia

Historia de La Guerra de Sucesión Española

Historia de La Guerra de Sucesión Española

La Guerra de Sucesión Española (1701 – 1713); tras la muerte sin descendencia del rey Carlos II de España; un rey estéril que gozó de muy mala salud, surgió un conflicto dinástico. El trono de España correspondía a Felipe V de Borbón, nieto del rey francés Luis XIV. Pero el archiduque Carlos de Austria tenía fuertes pretensiones por llegar al trono español, estas fueron apoyadas por diversas potencias europeas que temían de una posible unión entre Francia y España, cuestión que afectaría sus territorios. Así que, son su muerte el 1 de noviembre de 1701 nació un conflicto dinástico que determinaría los destinos de toda Europa.

La situación era la siguiente, la Corona de Castilla tuvo mayor inclinación a Francia como respuesta a la inconformidad de los reyes Habsburgos, responsables de dilapidar todo el oro y riquezas de las colonias castellanas en América. Mientras que la Corona de Aragón no tuvo la misma reacción puesto que ellos estuvieron al margen del dinero derrochado en costos militares. Por otro lado, los aragoneses, valencianos y catalanes fueran partidarios del modelo austriaco. Vemos que España se encontraba en un momento de división. Con la proclamación del duque de Anjou, se ordenó rápidamente que las tropas francesas reforzaran las debilitadas posiciones españolas en los Países Bajos. Holanda entendió esto como una amenaza, decidió unirse al emperador Leopoldo I para imponer por la fuerza al archiduque Carlos de Austria como rey de España.

Luego del nacimiento de la “Gran Alianza”, una alianza militar conformada por los reinos de Austria, Inglaterra, Holanda y Dinamarca, se declaró al archiduque Carlos de Austria como legítimo heredero al trono español y en 1702 se inició formalmente la guerra contra Francia y España. Luego se unieron los reinos de Portugal y Saboya, quienes buscaban ganancias territoriales en España e Italia. El príncipe Eugenio de Saboya, comando las tropas austriacas, logró vencer en las batallas de Carpi y de Chiari, a las tropas francesas que defendían el norte de Italia. Como respuesta, en 1702 Francia envió a la zona a uno de sus mejores militares, el Duque de Vendôme, el cual acorraló a los austriacos hacia el norte.

Maximiliano II, Elector de Baviera, se unió a la causa de los Borbones, con la idea de debilitar al Imperio Austriaco y expandir sus dominios bávaros. Nació un nuevo frente bélico en la zona alemana. Las tropas de Luis XIV y las de Maximiliano II cruzaron el Rhin para reunirse en Suabia. Cuando los franceses cruzaron el Rhin fueron sorprendidos por el ejército dirigido por el margrave Luis Guillermo de Baden. Allí, el 14 de octubre de 1702, inició la Batalla de Friedlingen, los franceses tuvieron que retornar desde el Rhin hacia Francia. Luego, los franceses ocuparon exitosamente el ducado de Lorena y de Tréveris.

Mientras tanto, Felipe V había modernizado la flota y el ejército español, implantó el moderno modelo militar francés basado en brigadas, regimientos y batallones. El renovado ejército español desembarcó en Italia junto a Felipe V. Como primera medida pacificaron el reino de Sicilia. Se dirigieron hacia Milán para reunirse con el Duque de Vendôme y sus aliados franceses. Este logró la derrota de los aliados en la Batalla de Santa Vittoria. Se enfrentaron de nuevo en la Batalla de Luzzara, la cual causó enormes bajas en ambos bandos.

En definitiva, la campaña bélica de Felipe V, no fue decisiva militarmente, pero ganó la admiración y el respeto de los soldados y del pueblo español. Por otro lado, si hablamos de la campaña inglesa, el brillante general inglés; John Churchill, duque de Marlborough, en los Países Bajos Españoles, dirigió las tropas británicas, alemanas y holandesas.

El rey Pedro II de Portugal, motivado por el poderío militar aliado se unió a la Gran Alianza. Gracias a ello, los aliados desembarcaron en la Península Ibérica, el 4 de mayo de 1704, el Archiduque Carlos llegó a Lisboa para solicitar su trono.  Desde la frontera entre Portugal y Extremadura el Archiduque intentó invadir España, pero el ejército español impidió tal situación. Los militares aliados tomaron el enclave estratégico de Gibraltar, escasamente defendido por los españoles. En este momento llegó la ayuda de Marlborough. Finalmente, en 1704 Marlborough logró tomar la fortaleza y la ciudad de Donauwörth.

Luego sobrevino la decisiva Batalla de Blenheim, terminó con una terrible derrota para los ejércitos de Luis XIV y sus aliados. Esta victoria aumentó el ánimo de los aliados. El 25 de agosto de 1705, desembarcó en Barcelona el archiduque Carlos con un contundente ejército. Él estableció su capital en Barcelona para iniciar la conquista del resto de España. El 16 de noviembre de 1705, el Consejo de Aragón reconoció como rey al archiduque Carlos de Austria. El nuevo rey entró con sus ejércitos en Madrid, pero la población madrileña lo rechazó por lealtad al verdadero rey.

Marlborough tomó las importantes ciudades de Bruselas, Brujas, Lovaina, Ostende, Gante y Malinas. En 1706 el Príncipe Eugenio de Saboya conquistó la ciudad de Milán y el Reino de Nápoles, duro golpe para los borbones. Felipe V no tenía intenciones de firmar ningún acuerdo de paz, tuvo el apoyo de Castilla que reafirmó su lealtad, formando ejércitos voluntarios. Ellos lograron que el Archiduque Carlos abandonara Madrid y se replegara a Valencia. Felipe V promulgó los Decretos de Nueva Planta y acabando con los fueros del Reino de Aragón, reafirmando su poder.

En 1708 un ejército francés de 100.000 hombres al mando conjunto del Duque de Vendôme y el Duque de Borgoña, avanzó hacia Holanda, recuperando las ciudades de Brujas y Gante, pero el 11 de julio, en la Batalla de Oudenaarde. Marlborough y el Príncipe Eugenio de Saboya tomaron de nuevo Gante y Lille. Debido a estas victorias el Papa Clemente XI reconoció al Archiduque Carlos como rey de España. Por ello, Felipe V rompió relaciones con el papado y expulsó al nuncio. Felipe V tuvo que seguir luchando sin el apoyo de su abuelo.

En septiembre de 1709, se enfrentó el ejército de la Alianza contra el ejército francés, en la ciudad de Mons. Esta confrontación fue bautizada la Batalla de Malplaquet, donde los franceses cayeron derrotados. Posteriormente, volvieron a perder en la Batalla de Almenara, perdiendo Zaragoza y Madrid. Los castellanos se movilizaron para defender la causa de Felipe V, formando guerrillas. A esto se sumó de nuevo el abuelo de Felipe que envió a la Península al Duque de Vendôme para firmar una paz menos onerosa con los aliados. Lograron dos victorias en la Batalla de Brihuega y la de Villaviciosa.

Tras la muerte del emperador José I de Austria, Inglaterra y Holanda, buscaron firmar la paz con Francia. Francia estaba devastada, por lo que se optó por entablar una negociación, que luego se llamó el Tratado de Utrecht. Inglaterra se comprometía a reconocer a Felipe V como rey de España a cambio de conservar Gibraltar y Menorca y poder comerciar con las colonias españolas de América. Felipe V renunció a sus derechos al trono francés. Por eso, en abril de 1713 Francia e Inglaterra firmaron la paz, el mes siguiente, España firmó la paz con Inglaterra. Luego se sumaron las otras potencias, terminando con la cruenta guerra de Sucesión Española.