Giovanni Battista Vico (23 de junio de 1668 – 23 de enero de 1744) filosofo. Nació en Nápoles, Italia. Creció en una familia humilde, por ello no asistió a la escuela de manera constante y se formó autodidactamente. Posteriormente, logró formarse como médico, pero se decidió por las leyes. Trabajó en Valtolla como preceptor de los hijos del marqués Rocca, muchos años después se supo que mantenía una relación sentimental con la hija del marqués Rocca. En 1699 Vico se casó con Teresa Destito, con quien tuvo ocho hijos. Para ese momento asumía el cargo de profesor de retórica en la Universidad de Nápoles.
Poco a poco desarrolló sus principios de su pensamiento filosófico. Las reflexiones de los primeros años estaban relacionadas con el cartesianismo, aunque su discurso fue cambiando, y esto se percibió en el Análisis de los estudios de nuestro tiempo
Con relación al pensamiento de Vico, el cogito cartesiano sólo aporta la conciencia del hombre del hecho de su existencia. Como la ciencia corresponde a un saber por causas, sólo Dios puede acceder a la ciencia general, mientras que el hombre queda limitado al saber de aquello que el mismo crea, la historia, por ejemplo.
De ahí surge una investigación que se etiqueta como «nueva ciencia», Principios de una ciencia nueva sobre la naturaleza común de las naciones (1725).
Estas etapas se distinguen por poseer formas prefijadas de comportamiento y desarrollo, que ineludiblemente se traspasan a los distintos tipos de gobierno que surgen en cada momento histórico. La historia es un continuo renacer de las naciones, que van de la crisis última que termina con la edad humana a un nuevo establecimiento de la edad divina.
La filosofía de Vico, alcanza una notable complejidad esto le impidió cierta popularidad y aceptación, pero desempeñó un papel relevante en el romanticismo, y anticipa, con su descubrimiento de lo histórico, temas de la filosofía kantiana y hegeliana. Es claro que fue Incomprendido en su época, además, su contribución filosófica, desde un punto cartiano, no le ayudó a mejorar su situación económica y social, como tampoco le valió algún reconocimiento académico. Se ganó la vida como profesor de retórica en Nápoles.