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Bernardo O’higgins

Biografía de Bernardo O’higgins

Bernardo O’higgins Riquelme, nació en la ciudad de Chillán, Chile el 20 de agosto de 1778. Fue un líder político y militar, reconocido como el “Padre de la Patria de Chile”, debido a que tuvo una participación crucial en el proceso de independencia del Imperio español en la Guerra de la Independencia y se desempeñó también como Director supremo entre los años 1817 y 1823, siendo así el libertador y primer presidente de Chile.

Bernardo O’higgins era un rico terrateniente de ascendencia española e irlandesa. Su padre, era Ambrosio O’Higgins, quien ejerció como gobernador de la Capitanía General de Chile y fue además virrey del Perú; su madre era Isabel Riquelme.

Obedeciendo a las instrucciones dadas por su padre, estudió inicialmente en su natal Chillán, luego partió a Lima y después en Londres. Así, en 1802, cuando tenía 24 años de edad, retornó a Chile y se radicó en su hacienda de “San José de Las Canteras”, recibiendo su herencia luego de la muerte de su padre, dedicándose a hacer labores agrícolas hasta 1810, logrando hacer de tal propiedad notablemente prospera y sustituyendo el apellido materno por el paterno, pasando de llamarse Bernardo Riquelme a Bernardo O’Higgins.

Ocupó distintos cargos públicos, como el de procurador del cabildo de Chillán, y al mismo tiempo se aplicó a la tarea de difundir el ideario emancipador. Tareas agrícolas que dejó de lado para convertirse en un militar sin formación. ​Así, fue elegido diputado de la recién formada Junta de Gobierno y también fue nombrado Coronel del Ejército en 1811.

“Vivir con honor, o morir con gloria!, ¡El que sea valiente que me siga!” Bernardo O’higgins

En 1813, se enfrentó por primera vez a los realistas en la denominada batalla de El Roble. Un año más tarde, en 1814, gracias a su rivalidad con José Miguel Carrera, el otro líder de la Independencia, lo llevó a que se enfrentaran en el combate de Tres Acequias. Sin embargo, finalmente su espíritu patriota primó sobre todo lo demás y Bernardo O’Higgins decidió unirse a Carrera para enfrentar la invasión de las fuerzas realistas dirigidas por Mariano Osorio.

Tiempo después, ejerció la jefatura del Estado bajo el título de Director Supremo, cargo al que tiempo después, renunció, exiliándose en Perú hasta su fallecimiento.

Entre las obras de su Gobierno, se destacan la Declaración de Independencia en el año 1818, las Constituciones de los años 1818 y 1822, la fundación de la Armada de Chile y de las escuelas Militar y Naval, así como la creación de la actual bandera chilena y el primer Himno Nacional.

Durante su exilio argentino, conoció a José de San Martín, con quien colaboró en la organización del ejército libertador. De manera, que 1817, en una de las más gloriosas batallas de la historia militar de América, las tropas de San Martín y las de O’Higgins cruzaron los Andes y vencieron a los realistas en Chacabuco; un año después, con la Batalla de Maipú, selló definitivamente la Independencia de Chile y una vez obtenido el título de Director Supremo de la Nación (entre 1817 y 1823), el propio O’Higgins se encargó de dirigir los primeros pasos del Chile independiente con obras como las ya anteriormente mencionadas.

Luego de que firmara la Proclamación de la Independencia de Chile, el 12 de febrero de 1818. En algunas de sus proclamas dirigidas a los soldados enemigos que aún se resistían, dejó claramente en evidencia su posición antimonárquica. Sin embargo, en su afán por incrementar el desarrollo económico del país, se vio impulsado a establecer relaciones comerciales con las principales monarquías europeas.

En su gestión como Director Supremo, tomó varias medidas que le significaron ganarse el desprecio de buena parte de la aristocracia criolla, medidas como la abolición de los mayorazgos y los títulos de nobleza, la supresión de los escudos de armas y la creación de la legión al mérito.

En dichas disposiciones puede observarse claramente la influencia de la logia masónica Lautarina, de la que Bernardo O’Higgins era participe y que se caracterizaba por su rechazo al orden nobiliario.

Aunque su vida pública estuvo caracterizada por numerosas glorias, no estuvo exenta de varios episodios oscuros como su participación en la muerte de José Miguel Carrera y Manuel Rodríguez.

Su vida, llegó incluso a ser evaluada por él mismo en un manifiesto dirigido a su pueblo.

Así, de una manera muy paradójica, el 28 de enero de 1823 su abdicación al cargo de Director Supremo de Chile, uno de los episodios más tristes de toda su vida, se convirtió en la máxima expresión de su adhesión a la causa del país, ya que voluntariamente decidió despojarse del poder para evitar una eminente Guerra civil, dejando como testimonio una gran y conmovedora despedida.

Años más tarde, en el año 1842, el tan recordado Bernardo O’Higgins Riquelme, dio su último suspiro de vida en la ciudad de Lima, Perú el 24 de octubre.