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Militar

Aníbal

Biografía de Aníbal
© 1932 by Phaidon Verlag (Wien-Leipzig) [Public domain], via Wikimedia Commons

Biografía de Aníbal

Aníbal (247 – 183 a.C.) militar. Nació en Cartago, Túnez. Su padre era Amílcar Barca, la tradición afirma que su padre le hizo jurar odio eterno a los romanos ante los dioses. Cuando su padre murió en el 229 a.C. y su cuñado Asdrúbal fue asesinato en el año 221 a.C., Aníbal asumió la jefatura del ejército cartaginés, para ese momento, el ejército controlaba el sur de Hispania. Había una base militar en Cartago Nova, Aníbal ordenó varias expediciones hacia el altiplano central y sometió a diversas tribus iberas. En el 219 a.C. asaltó Sagunto, ciudad aliada de Roma, y traspuso el Ebro, río de gran historia porque los cartagineses y romanos, tiempo atrás, habían fijado el límite de sus respectivas influencias en territorio peninsular; esta acción significó el inicio de la Segunda Guerra Púnica (219-202 a.C.).

Ahora bien, en la primavera del 218 a.C., Aníbal delegó a su hermano Asdrúbal Barca para que estuviera al mando de las tropas en Hispania, mientras él partía hacia Italia con un ejército de 60.000 hombres y 38 elefantes. Decidió atravesar los Pirineos, y los Alpes, con la intención de llegar a la llanura del Po, donde derrotó a los romanos en Tesino y en Trebia, fue una hazaña casi heroica porque sufrió muchas bajas en el curso de la guerra. Logró, meses después, otra victoria, esta vez junto al lago Trasimeno, aquí se ganó el control sobre el territorio central de Italia. Aplastado el ejército romano de Flaminio, Roma quedó a merced del cartaginés, pero Aníbal no quiso dar un paso en falso y entonces no asaltó las sólidas murallas de la ciudad y prefirió dominar la Italia meridional.

Un golpe a su favor se dio en agosto del 216 a.C., cuando venció a las tropas de Lucio Emilio Paulo y Marco Terencio Varrón en Cannas, lo más admirable de esta situación es que los hombres de ellos eran muchísimos más. Sus hazañas y la valentía de su ejército fue inspiración de muchos pintores y escritores que narraron sus historias militares. Por ejemplo: el fresco de Jacopo Ripanda llamado Aníbal cruzando los Alpes (1510). Lamentablemente, su hermano Asdrúbal había sido derrotado y muerto por Claudio Nerón en la batalla de Metauro, entonces decidió ir a socorrerle, pero no pudo hacer nada.

Como su hermano fracasó en el intento de atraer a su causa a los pueblos itálicos sometidos por Roma, el ejército de Aníbal quedó aislado e inmovilizado en la Italia meridional por un largo periodo de tiempo, lejos de sus bases de avituallamiento y sin posibilidad de recibir refuerzos, situación que aprovecharon los romanos para contraatacar. Cuando fueron expulsados los cartagineses de la península Ibérica, el general romano Publio Cornelio Escipión, conocido como el Africano, desembarcó cerca de Cartago en el año 203 a.C., hecho que obligó a Aníbal a regresar a África, donde fue vencido en la batalla de Zama. Por lo anterior, Cartago se vio obligada a firmar una paz humillante, que puso fin al sueño cartaginés de crear un gran imperio en el Mediterráneo occidental.

No obstante, Aníbal, fue elegido sufeta entre los años 197 y 196 a.C., intentó reconstruir el poderío militar cartaginés, pero, perseguido por los romanos, huyó y se refugió en la corte de Antíoco III de Siria, a quien indujo a enfrentarse con Roma, se dedicó a crear una alianza con Filipo V de Macedonia. Con las victorias romanas sobre los sirios en las Termópilas (191 a.C.) y en Magnesia (189 a.C.), Aníbal huyó a Bitinia, donde agobiado por la derrota y el miedo de no encontrar un refugio en que pudiera sentirse seguro decidió suicidarse el año 183 a.C., de lo contrario era claro que el rey Prusias lo entregase a Roma.

Se dice que su cuerpo reposa en un ataúd de piedra, que tiene una leyenda que dice: Aquí se esconde Aníbal. Con las acciones militares de Aníbal el Mediterráneo occidental se convirtió en un lugar apartado de Cartago, mientras que Roma se extendió por el mundo griego y por Asia. Muchos autores de su tiempo resaltaron su elocuente discurso acerca de la libertad de las ciudades, cuestión que generó las alianzas de Roma con las ciudades griegas. De este modo, Aníbal forzó a la República a legitimar sus acciones y a comportarse como una gran potencia imperialista. Por ello, este gran militar ha permanecido como una figura importante de la historia griega y romana.

Debemos indicar, que hay una admiración en los escritos de los historiadores romanos como Tito Livio y Décimo Junio Juvenal. En suma, los romanos construyeron estatuas del general cartaginés para ser dispuestas en las calles de Roma. Aníbal logró insertarse en el imaginario popular como un héroe por las victorias que tuvo sobre un enemigo superior, y su constante lucha por una causa aparentemente perdida, esto le confieren un renombre que traspasa los límites y las fronteras de su país de nacimiento.

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