Absolutismo en España (1516 – 1700) en términos generales es una forma de gobierno que recae sobre una única persona, a quien deben sumisión absoluta. Esta persona solo debe rendirle cuentas a Dios. El absolutismo fue muy común en los países de Europa. En cuanto al absolutismo en España, inició en el periodo de Carlos V, prolongándose a la dinastía de los Borbón. Aunque, debemos indicar que con los Borbón el absolutismo fue mutando porque le cedieron ciertas atribuciones a la nobleza. Debemos mencionar que en comparación de otros países de la Europa Occidental en España el absolutismo llegó más tarde y finalizó más tarde.
Felipe IV estuvo muy cerca de pasar de rey de los reinos que conformaban España a ser Rey de España, uniendo todo el poder en su figura, claramente un poder absolutista, pero el rey se negó al consejo del Conde Duque de Olivares. Aunque, debemos indicar que mantenía algunas formas de gobierno absolutista de corte francés. Con la llegada al poder de los Borbones la situación cambió. Felipe V introdujo el absolutismo francés, con su llegada comenzó una época de reformas para construir una monarquía absolutista centralizada, dando fin a las particularidades del régimen político de los Austria.
Algunas de las características del absolutismo en España son:
El fin del absolutismo en España se dio con la victoria popular en la Guerra de la Independencia de dicho país, en el momento en que España vence a Francia, luego, se redactó la primera Constitución de España (1812), está claramente limitó el poder del rey. La Constitución no duró mucho tiempo en vigor, ya que tras la guerra española Fernando VII la abolió e impuso de nuevo el absolutismo. Sin Napoleón en el mando los estados europeos volvieron a establecer los regímenes absolutistas, entre ellos España. La vuelta de Fernando VII supuso la anulación de las ideas liberales, y el cierre de las universidades, generados de nuevas ideas filosóficas y liberales.
Este periodo fue conocido como la década ominosa (1823-1833); periodo marcado por los problemas económicos, y por las guerras civiles. Se desataron las Guerras Carlistas, una guerra civil entre liberales y los carlistas. El fin del absolutismo llegó con la culminación de la guerra, convirtiéndose España es un estado liberal.