Boxeador
Alejandra Oliveras

Nombre Completo | Alejandra Marina Oliveras |
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Nacimiento | marzo 20, 1978 |
Fallecimiento | julio 28, 2025 |
Causa de Muerte | Accidente cerebrovascular |
Ocupación | Boxeadora, influencer, filántropa y activista |
Seudónimo | La Locomotora |
Nacionalidad | Argentina |
Estatura | 1.55 m |
Signo zodiacal | Piscis |
Cuenta de Instagram | @locomotoraok |
Cuenta de TikTok | @locomotoraok |
Biografía de Alejandra Oliveras
Alejandra Marina Oliveras (20 de marzo de 1978 – 28 de julio del 2025), mejor conocida como “La Locomotora”, fue una boxeadora, influencer, filántropa y activista, nacida en El Carmen, Jujuy, Argentina. Recordada por conquistar el título mundial de peso ligero de la WBA y su gran historia de superación.
¿Quién era Alejandra Oliveras?
Alejandra Marina Oliveras, conocida como “La Locomotora”, fue una boxeadora, influencer, filántropa y activista argentina. Nació en el seno de una familia humilde marcada por la precariedad económica y la violencia intrafamiliar. Su infancia estuvo atravesada por carencias y un entorno hostil, lo que la llevó a abandonar la escuela en la adolescencia para trabajar en diversos oficios y aportar a su hogar.
Cuando Alejandra tenía 14 años, conoció a Javier, un hombre catorce años mayor que ella, durante una fiesta junto a sus amigas. La relación comenzó en secreto y, al ser descubierta, enfrentó castigos y amenazas por parte de su padre. Decidida a no separarse de Javier, ideó un plan: quedarse embarazada para poder vivir con él.
Sin trabajo estable ni recursos, la pareja terminó instalándose en una casa precaria sin agua, electricidad, ni baño. Alejandra, embarazada, tenía que cargar recipientes con agua a diario para cocinar y asearse, mientras soportaba insultos, golpes y hambre. La situación llegó a un punto límite cuando descubrió que Javier había golpeado a su hijo recién nacido.
Ese hecho marcó un quiebre. Comenzó a entrenar en secreto para fortalecerse con la esperanza de un día defenderse. Ese día llegó y, tras golpear y dejar tendido a Javier, Alejandra tomó a su hijo, una bolsa con sus pocas pertenencias y se marchó, cruzando el pueblo decidida a cambiar su destino.
Inicios
La historia de Alejandra Oliveras en el boxeo comenzó de manera inesperada. No provenía de un circuito amateur ni contaba con respaldo económico; lo que sí tenía era una voluntad inquebrantable. Empezó a entrenar con intensidad, puliendo su técnica y fortaleciendo su ya notable potencia física.
Mientras trabajaba en una estación de radio, escuchó la noticia de que Mike Tyson, su ídolo, había recuperado la libertad. Ese momento despertó en ella el deseo de seguir sus pasos, aunque lo veía como un sueño imposible. Tiempo después, un hombre se le acercó y le preguntó si alguna vez había pensado en subirse a un ring, una pregunta que terminaría cambiando el rumbo de su vida.
Carrera
Sin formación profesional previa, pero con un carácter desafiante que la distinguía, Alejandra Oliveras comenzó a entrenar con técnicos locales que pronto descubrieron su talento natural para el boxeo. Debutó como profesional en 2005 con un estilo frontal y aguerrido, y venciendo por knockout a María del Carmen Potenza. Apenas un año después, sorprendió al mundo al noquear en México a Jackie Nava, consagrándose campeona mundial supergallo del Consejo Mundial de Boxeo (WBC). A partir de ese momento, su nombre trascendió el circuito nacional y comenzó a imponerse en los principales escenarios del pugilismo femenino internacional.
El camino de la argentina no fue lineal. En 2008, en un histórico duelo en Buenos Aires, enfrentó a Marcela “La Tigresa” Acuña. Fue una pelea intensa, llena de golpes estratégicos y momentos críticos, que terminó en derrota para La Locomotora. Lejos de desanimarse, tomó la experiencia como impulso para reinventarse: cambió de categoría, ajustó su entrenamiento y continuó escalando hacia nuevos desafíos.
Entre 2011 y 2013 vivió los años más brillantes de su carrera. Durante ese período, conquistó los títulos mundiales de peso pluma de la WBA, tras vencer a Liliana Palmera, y de la WBO, luego de imponerse ante Jessica Villafranca. En 2013 alcanzó la corona superligera del WBC, convirtiéndose en una de las pocas boxeadoras argentinas en ganar títulos en distintas divisiones. Reconocida por un estilo arrollador y su capacidad de adaptación frente a diferentes rivales, continuó sumando victorias entre 2013 y 2017, defendiendo sus títulos y consolidando su lugar en la historia del boxeo femenino.
En mayo del 2019, La Locomotora cerró un capítulo brillante de su vida al retirarse del boxeo. Su récord final de 33 victorias, 16 por knockout, 3 derrotas y 2 empates reflejaba años de esfuerzo, batallas dentro del ring y una determinación inquebrantable. Más que títulos, Oliveras dejó un ejemplo de coraje y perseverancia, inspirando a generaciones de mujeres a perseguir sus sueños. Con el tiempo, transformó cada combate y cada experiencia en un mensaje de empoderamiento y autoestima, que compartió en conferencias y vídeos.
Vida personal
La vida íntima de Alejandra Oliveras despertó la curiosidad de muchas personas. A los 14 años inició una relación con Javier, un hombre que le doblaba la edad y que fue el padre de su primer hijo, Alejandro. Durante esa etapa enfrentó numerosas carencias y situaciones de violencia intrafamiliar.
Años después, comenzó otra relación con un hombre mayor que ella, padre de su segundo hijo, Alexis. Esta relación terminó en 2006, pocos días antes de viajar a México para una competencia, cuando descubrió que su esposo la había engañado con su propia hermana, un hecho que la impactó profundamente.
A pesar de estas experiencias personales difíciles, Oliveras canalizó su energía en nuevos desafíos. Su carácter y determinación la llevaron a la política: fue candidata a diputada en 2021 y electa convencional constituyente en Santa Fe en 2025. En 2024, además, había tomado la decisión de ampliar su formación académica y estudiar psicología.
Fallecimiento
El 14 de julio del 2025, Alejandra Oliveras sufrió un accidente cerebrovascular isquémico que la mantuvo en estado crítico durante varios días. El 28 de julio, la “Locomotora” falleció a los 47 años, dejando un vacío profundo en el boxeo argentino y en todos quienes la admiraban por su fuerza y determinación.
Desde sus primeros combates hasta su retiro, Alejandra se destacó no solo por su talento, sino por su coraje y constancia, convirtiéndose en un ejemplo de perseverancia dentro y fuera del ring.
